Tengo una gran aversión hacia las películas Disney. No puedo con ellas desde que era pequeña. Ya de enana prefería divertirme con los chicos del maíz o Damien que con la propaganda machista de Mary Poppins. Y aun así, accedí ver Zootrópolis porque, ya sabéis, para criticar algo hay que conocerlo antes. Y lo que me encontré es una fábula contra la discriminación en todos los sentidos. Mientras que los más pequeños seguro que disfrutan de los gags cómicos y las situaciones absurdas, a los mayores nos debería hacer pensar un poco. ¿Un zorro es un estafador solo porque «su raza» sea así? ¿Son los depredadores malos por naturaleza? ¿Los conejitos deben dedicarse a cultivar zanahorias en lugar de convertirse en policías? ¿Las ovejitas son riquiñas por el hecho de ser ovejitas? El argumento es muy simple, pero efectivo. El sueño de una conejita, que vive en el campo con su vasta familia, es ser policía. La sociedad, e incluso sus padres, lo ve con malos ojos porque su especie no cuadra con eso de ser poli, pero consigue graduarse como la primera de su promoción en la academia de policía y se dirige a Zootrópolis para empezar a trabajar, pero la asignan a tráfico para poner multas.
Sin embargo, la protagonista lo da todo para investigar una desaparición y, a partir de ahí, comienza una búsqueda con un zorro que le presta su ayuda. Juntos, resolverán el crimen encontrándose primero con una escena hilarante que parodia El padrino y, más tarde, evolucionando su relación desde la desconfianza mutua hacia la amistad. La verdad es que Zootrópolis lo tiene todo para entrar en las nominaciones de los Oscar este año (aunque, para mí, Kubo y las dos cuerdas mágicas la supera) y espero que pueda convertirse en un referente para los más pequeños. El ejemplo sobre cómo las apariencias no muestran la verdad sobre los otros, incluso con los perezosos (menuda genialidad las escenas con Flash), inculcándolo a base de humor, realmente merece un aplauso.
Lo mejor: Los guiños a El padrino o Breaking Bad, las escenas con los perezosos.
Lo peor: Lo poco que arriesga y la nula originalidad de la estructura que todos conocemos en las películas Disney.
