Es innegable el dominio Park Chan-wook en la forma de contar historias y en La doncella lo ratifica una vez más. Si en su anterior largometraje, Stoker, Park Chan-wook nos metía en el mismo centro de un macabro thriller familiar, en La doncella nos ofrece una nueva adaptación de la novela Falsa identidad de Sarah Waters tras la miniserie de la BBC del mismo nombre.
La adaptación del director coreano nos lleva a la Corea de los años 30, alejándonos de la época y localización de la novela original, ambientada en la Inglaterra victoriana.
La trama cuenta con un timador que intenta robarle a uno de los hombres más ricos de Corea, enamorando a Lady Hideko, su sobrina, con la ayuda de una nueva criada y a las dotes de él como engatusador. El resultado no se aleja más de la realidad. Lady Hideko es una chica lista que, aparte de querer librarse de su tío, quiere un trozo del pastel.
Poco a poco, Lady Hideko se va dando cuenta de que, en lugar de dominar la situación, se enamora de la persona que menos espera. Este enamoramiento trastocará sus planes y dará varias vueltas a una situación que también nos descoloca. Por un lado, por los giros inesperados. Por otro, por contarnos la historia de una forma no lineal en tres partes diferenciadas.
La versión que he visto es la extendida, así que no estoy segura de qué se recortó o qué no para su versión de estreno en cines. Lo que sí sé es que toda la trama desarrolla de forma excelente el descubrimiento de la sexualidad. Además, también vemos, por otra parte, cómo comparar la sexualidad tanto masculina como femenina en la Corea de los años 30.
En este contexto de ruptura con lo establecido, La doncella rompe contándonos una historia deliciosa, de intriga y sexual con tres puntos de vista distintos que componen las tres partes diferenciadas de las que hablábamos. Lo que quizá se le puede achacar es su intención de sorprender a toda costa, con giros de guion tras giros de guion. Hasta el giro final, sorprendente, y que nos pondrá los pelos de punta.
Yay & nay
Lo mejor: La historia no lineal. El giro final de la película. Fotografía y vestuario.
Lo peor: Demasiado metraje. Las escenas de sexo pueden llegar a cansar. Ritmo demasiado lento en algunas secuencias.