Una de las grandes ganadoras de los Premios Goya de 2018 fue Handia, llevándose nada más y nada menos que diez cabezones. Lo «único» que no ganó fueron las categorías de mejor dirección, película y sonido, las dos primeras perdió contra La librería y la última contra Verónica.
Estamos en una época en la que estrenar una película en euskara es arriesgado, pero Jon Garaño ya lo había hecho en Loreak, llevándose dos nominaciones a los Goya. Handia es mucho más. Ahondando en las raíces de la idiosincrasia vasca y las consecuencias de las guerras carlistas (una época que poco o nada hemos visto en el cine español), esta película histórica sobre el gigante de Alzo retrata la vida de un joven triste y los problemas de la fama efímera.
En tiempos en los que el analfabetismo era moneda corriente, los prejuicios y las leyendas deambulan por las aldeas. A mediados del siglo XIX, el hijo de una familia pobre consigue salir de su pueblo para conocer media Europa a causa de su tremenda estatura. Las brutales mediciones son reales, pero mientras el mundo alucina con la altura del protagonista, él se deprime por ser el centro de atención en un circo montado para ganar dinero y por sus terribles dolores de cabeza a causa de su acromegalia.
Los directores se alejan de los convencionalismos y nos ofrecen un relato más cercano al realismo mágico que al biopic tradicional. El paisaje vasco, mostrado con una cuidada fotografía, ayuda a contarnos este cuento. La escenografía y diseño de producción elevan la calidad artística de Handia a una de las grandes obras del cine patrio.
Pero la historia no se limita a mostrar un grandioso nivel técnico en todo el metraje sino que, en el fondo, nos están contando un drama familiar, un drama sobre las elecciones de cada uno, de cómo, a veces, es imposible sobrellevar el ser diferente pese a ser alabado por los demás. Handia me ha encantado. Y, pese a no haber visto La librería y a que en algunos momentos su ritmo no está balanceado, creo que habría sido una justa ganadora de todo lo que le hubiesen puesto por delante en la gala de los Goya.
Yay & nay
Lo mejor: Fotografía. Diseño artístico. Banda sonora. El fondo de la historia.
Lo peor: Ritmo lento en algunos momentos.
La tengo pendiente, el tema y el trasfondo tienen peso, lo único el drama de la historia que necesito una tarde propicia para él