Judd Apatow tiene un serio problema con la duración de sus comedias románticas. Llega un punto en el que son insoportables y mucho más cuando no tienen gracia. Amy Schumer escribe un guion con demasiados altibajos, haciéndose protagonista a ella misma: es una periodista que trabaja en una revista tipo Vogue que tiene una petarda como jefa maravillosamente interpretada por Tilda Swinton. Amy sigue su vida según las directrices de su padre: la monogamia es antinatural y, por lo tanto, hay que utilizar a los hombres como si fuesen objetos coleccionables para disfrute pura y únicamente por el sexo. Como estamos ante la típica comedia romántica, tras romper con su novio gay (John Cena), Amy encuentra su media langosta en un médico deportivo (Bill Hader).
Lo que más me ha hecho gracia ha sido la construcción del personaje de Lebron James aunque su actuación deje mucho que desear (hay una escena que incluso se nota que se está riendo), porque se ve que se ríe de sí mismo con su competitividad llevada al extremo y cutrez al no querer pagar nada. Por otro lado, me ha sorprendido para bien la presencia de John Cena, los mejores momentos de estas dos horas de ¿comedia? son los que está él en pantalla. No obstante, lo que más me saca de quicio es que se nota que hay escenas realizadas para provocar la risa en los espectadores con fórmulas demasiado estructuradas, rígidas y demasiado conocidas, por lo que ni parece que haya improvisación ni nuevas ideas ni frescura. Al final, simplemente habremos visto una comedia romántica demasiado larga, con deportistas famosos de relleno.
Lo mejor: Tilda Swinton y John Cena.
Lo peor: Es la típica comedia romántica pero sin gracia.