A veces, los canales como Sundance Channel te sorprenden con documentales como este. The Wrecking Crew era un equipo de músicos que se solían reunir por solicitud de productores musicales y creativos para grabar la música de los discos que componen más o menos la historia de la música estadounidense de los años 60 y 70, cuando los artistas no podían/sabían tocar. Parte de ello se puede comprobar en la película Love & Mercy, donde Brian Wilson, líder de los Beach Boys y que también aparece en el documental, hacía de director de, según sus palabras en la película y en el documental, «los mejores».
El desarrollo del documental está llevado a cabo por el hijo del guitarrista principal a través de imágenes y vídeos de archivo, además de una especie de coloquio entre cuatro de los integrantes de este «grupo». Pongo grupo entre comillas porque no iban todos juntos, sino que cada uno era el mejor en su especialidad, y siempre se llamaba a los mismos. Igual que en A 20 pasos de la fama, donde se retrata el mundo oscuro de las discográficas por las coristas a las que no se le da crédito, The Wrecking Club analiza el apogeo de estos genios de la música que nunca obtuvieron su merecida recompensa (pese a que ganaban mucho dinero) por ser ninguneados por el público en general. Este documental te gustará si disfrutas con la buena música de los 60 y 70 de EE. UU. También te indignarás cuando Micky Dolenz de los Monkees defienda no tocar instrumentos en sus primeros discos porque, cito, «Todos lo hacían». Sí, Micky, en EE. UU. solíais hacerlo, pero los grupos no los creaba una empresa a través de un casting y daban conciertos donde tocaban y cantaban ellos mismos, no haciendo playbacks en una serie de televisión.
Lo mejor: Descubrir que temas como el de Bonanza o el de Misión Imposible, o canciones como las de los discos Pet Sounds o Good Vibrations de los Beach Boys, canciones de Frank Sinatra, Nancy Sinatra, Elvis, The Byrds, Nat King Cole, Cher, The Mamas and The Papas, The Righteous Brothers, The Monkees, Simon y Garfunkel, o todas aquellas donde Phil Spector incluía su «Muro de sonido», están tocadas íntegramente por miembros de este grupo de músicos.
Lo peor: Se centra en el padre del director y en la bajista, poco más sabemos del resto de músicos.