The Secret Life of Pets (2016)

Al ver el tráiler de Mascotas ya se nota cierto tufillo a Toy Story. Y el tema central es más o menos lo mismo: la importancia de la amistad por encima de todo. Pero se nota a leguas que la película pertenece a Illumination Entertainment y no a Pixar, ya que tiene más en común con el humor de Gru, mi villano favorito que con el buenrollismo de la susodicha Toy Story o Buscando a Nemo. La trama principal gira en torno a las mascotas y al tiempo que pasan solos en casa. El protagonista, Max, es un perro que parece enamorado de su dueña. Se presenta casi como viviendo un romance, donde tanto dueña como mascota viven en un idilio amoroso y de devoción mutua. Pero el conflicto llega cuando la dueña lleva a casa a una nueva mascota, Duke, así que los dos parece que competirán para ganarse el favor de Katie. Pero la película va por otro camino. La pareja de enemigos se «pierde» en la ciudad y se encuentra con una banda callejera liderada por un maligno conejito así como con dos humanos, trabajadores de la perrera, que intentan cazarlos para meterlos en lo que parece una cárcel deprimente.

Pero quizá la parte más divertida venga de parte de los amigos de los protagonistas, por un lado, y, por otro, de la banda callejera de los supuestos villanos de la película. Con estos acompañantes y unas escenas dignas para el recuerdo, Mascotas es un buen entretenimiento no sólo para viajes en tren de más de cinco horas, es una película de poco más de una hora que fomenta los valores de trabajo en equipo y de la amistad entre los más pequeños. Entre los aspectos menos buenos tendríamos que, como siempre en estos casos, los clichés están al día en cuanto a cómo creemos que son los animales desde una perspectiva humana: los gatos son traicioneros, vagos y mentirosos, y los perros son valientes, listos y leales.

Lo mejor: Es una película divertida y de corta duración.

Lo peor: Tiene altibajos y abusa de los clichés.