Es una pena que La leyenda de Tarzán se tome muy en serio a sí misma. Con toda la materia prima y el CGI malísimo que contiene, podría haber sido una parodia digna de clásicos como Top Secret o siguiendo el estilo de George de la jungla. Hay ciertos momentos que parece que estamos viendo escenas de algún videojuego de finales de los 90, de esas aventuras cutres con un guion inexistente. Así es la película de David Yates, director de las peores películas de la saga Potter y además del spin-off de Animales fantásticos y dónde encontrarlos, que me da una pereza enorme ver. Con un libreto firmado por hasta cuatro guionistas para adaptar el clásico de Edgar Rice Burroughs, nos llevan a la época en la que Tarzán es un caballero bien avenido en la Inglaterra victoriana que se ve envuelto en un complejo intrincado de conexiones para expoliar África desde el momento en que lo envían al Congo para hacerse cargo de la embajada inglesa.
Porque en el momento en el que Tarzán llega al Congo, parece que el guion intenta excusarse del racismo de la obra de Burroughs, intentando mostrar a un Tarzán amigo de la población local, como si estuviésemos ante un defensor de África frente al robo de recursos imperialista perpetrado por los belgas encarnados en un personaje tan turbio como el de Christoph Waltz que, dicho sea de paso, es un personaje tan desaprovechado y poco creíble como el de Samuel L. Jackson, dos actores que siempre deslumbran con Tarantino. Así que si todo nos parecía una ida de olla, van y te meten al personaje de Jackson como para asegurar la presencia estadounidense en el conflicto congoleño para poder liberar esclavos. Jane, por supuesto, hace de damisela en apuros un poquito más borde de lo que aparece en las pelis de Johnny Weissmüller.
Lo mejor: Hay momentos tan cutres que te partes de risa.
Lo peor: El guion enrevesado y que sigue estando vigente, más que nunca, la figura del hombre blanco que salva a los pobriños negros del Congo (aunque en la peli se llega a hablar de África en general) que no se saben defender ellos mismos.
Totalmente de acuerdo. A mí me pareció una total fatalidad. Un saludo!
Conclusión, mola más Greystoke, que ya es de traca