Vaya por delante que el mayor interés que tenía en ver The Harvest era que aparecía Michael Shannon en la carátula. Analicemos el cartel un poco.
Aparecen, en la silueta de una casa que parece en llamas, Michael Shannon, Samantha Morton y Charlie Tahan, el matrimonio que vive con su hijo, quien sufre de una extraña enfermedad para la que el marido debe tirar de contactos para conseguir un tratamiento experimental fuera de los canales oficiales.
Él es enfermero, su mujer es médico y su hijo vive casi permanentemente postrado en una cama y recluido en su cuarto. Pero, de repente, una chica se muda a una casa cercana y buscando nuevas amistades, se acerca un día a la ventana del que pronto será su único amigo.
La película comienza como cualquier otra película del tipo de chica conoce a chico moribundo, se hacen amigos hasta que, finalmente, él muere por su enfermedad, pero no es así.
Nos engañan de tal forma que no sabemos qué pensar desde el momento en que la madre del chico comienza a comportarse de forma pseudoviolenta, no permitiendo la amistad de los dos niños desde el instante en el que se entera de qué ocurre.
Las interpretaciones del cuarteto protagonista están a un gran nivel, destacando, cómo no, a Michael Shannon y a Samantha Morton. Es una pena que la resolución del suspense se resuelva demasiado pronto, lo que hace perder interés en las escenas siguientes.
Por otro lado, el final es demasiado abrupto, cortando bruscamente con el tono de la película. De forma general, podemos hablar de que The Harvest es un thriller con muy buenas ideas, unas actuaciones más que decentes pero en general no pasa del 5 por culpa del tramo final, que aquí ocupa el último tercio del metraje.
Yay & nay
Lo mejor: Las actuaciones de los cuatro protagonistas.
Lo peor: El tramo final.