Con un best seller como Millenium: Los hombres que no amaban a las mujeres parecía imposible que Hollywood no viese la oportunidad de llevar a la gran pantalla una obra como esta, fácil de llevar a cabo. Tan solo se necesitaba un director acorde con la historia, que tenía entre su filmografía otras de las obras más oscuras de los últimos años: Se7en (1995) y Zodiac (2007). El elegido, cómo no, fue David Fincher, quien ha sabido imprimir su estilo oscuro a una obra que se lo merece.
The Girl with the Dragon Tattoo (2011) no se trata de una obra maestra, sino un thriller que se ajusta al canon del género, sin filigranas, y que nos mantiene en tensión casi durante sus 158 minutos de metraje. Y digo casi porque en realidad, aunque la película se ajuste casi al milímetro al libro, la última parte del filme se hace demasiado ñoño incluso después de todo lo que nos cuentan.
Lo mejor: los actores principales y la fotografía.
Lo peor: la última parte de la película, que parece un segundo final.