Datos que sabía antes de ver La horca: se enmarca dentro del género de terror y dura 80 minutos. ¡Ni siquiera hora y media! Una ganga para pasar un buen rato con una de estas pelis chungas de miedo que más que miedo producen risa. A veces sale más o menos decente, no dando pena, y a veces te sale un bodrio como este. De nuevo tenemos aquí la técnica de found footage que tiene su base en la grabación de la preparación de una obra de teatro de un instituto. ¿Qué tiene de especial? En la historia, una supuesta obra de Shakespeare, La horca, es interpretada por un grupo estudiantil en los 90, acabando con un grave accidente mientras actúan ante todo el auditorio. En la época actual, un estudiante va rodando los ensayos y demás porque por fin van a interpretar la obra de nuevo. Nos mostrarán las supersticiones encima de las tablas y tras el telón y quizá sea esta la parte más interesante, porque lo que viene después…
Y es que casi desde el mismo inicio sabemos que no vamos a empatizar con los protagonistas, que son animadoras y jugadores de fútbol americano. Y no solo porque se dediquen a ser animadoras y jugadores de fútbol americano, sino porque son los típicos abusones que sabes que van a morir y que estás de acuerdo con que el asesino de turno les produzca una muerte lenta y dolorosa. Puede que si todo esto no nos lo contasen cámara en mano, Travis Cluff y Chris Lofing habrían llegado a asustarnos en algún momento, pero no. Ni hay sangre, ni da miedo y ni siquiera aparecen imágenes que den grima. ¿De verdad esto es terror? Me habría encantado que al final todo hubiese sido creado por la mente de estos adolescentes odiosos en lugar de lo que realmente sucede que, por supuesto, no revelaré por si queréis ver esta peli que se colará en lo peor que he visto en 2016.
Lo mejor: Su corta duración.
Lo peor: Los personajes, escenas previsibles.