The D Train fue presentada en el Festival de Sundance a principios de este año y recibió unas críticas considerablemente buenas para el reparto que a priori podría echarnos atrás a la hora de elegir una película como esta. Jack Black interpreta a un fracasado, presidente de la asociación de antiguos alumnos de su instituto, que de pronto ve la luz para hacer que sus compañeros de clase acepten ir a la reunión de antiguos alumnos: el más popular en sus tiempos de adolescente aparece en un anuncio que se emite a nivel nacional. El protagonista se va a Los Ángeles para intentar convencer a la estrella del instituto para que vaya a la reunión y lo consigue, pero a un precio bastante alto. No voy a deciros cuál es el precio, pero el desarrollo de toda esta trama se mueve entre la comedia y el drama bastante bien. Y, sorprendentemente, James Marsden lo borda.
El tema principal de The D Train es el precio que debes pagar por conseguir ser popular, cueste lo que cueste: familia, trabajo, amigos y aficiones. ¿Eres capaz de engañarte a ti mismo y ser una persona totalmente diferente solo para caerle bien a los demás? Eso es lo que parece en el personaje encarnado por Jack Black. Sin embargo, aunque todo esto sirva para tratar un tema que vemos casi todos los días en la calle y bastante interesante, The D Train no saca el mayor provecho. Finalmente lo dramático gana la partida y los altibajos en el desarrollo le bajan la nota a una película independiente que podría haber sido mucho más interesante, algo parecido a Di que sí, esa película que escribieron los directores y guionistas de The D Train: Jarrad Paul y Andrew Mogel.
Lo mejor: James Marsden, los cambios entre comedia y drama.
Lo peor: demasiado blanda en cuanto al tema del miedo a ser gay de alguien que tiene su vida ya resuelta como heterosexual.