Nebraska fue, para mí, una de las pelis del 2014. Bob Nelson escribía el guion que dirigía Alexander Payne y convertía la historia de un padre y un hijo que en principio era un drama, en una comedia… o al revés. The Confirmation utiliza la misma técnica pero con un resultado distinto. Por un lado, tenemos a un Clive Owen que interpreta a un alcohólico que debe quedarse a cargo de su hijo un fin de semana porque su ex se va de viaje con su novio. El niño, protagonista de Midnight Special, es el típico niño bueno que nunca se mete en problemas. Nos lo presentan en la confesión para hacer la primera comunión, donde queda bastante claro que el niño no ha cometido ningún pecado. Hasta al cura le extraña. Pero por todos es sabido que cuando andas con malas compañías, te puedes meter en problemas. Sobre todo si es tu padre la mala compañía.
The Confirmation trata sobre un padre que intenta ejercer como tal, tratando de superar sus adicciones, sus miedos y sus trabas. La historia está contada de tal manera que le dota de gran realismo a todas las escenas, dando pie a escenas realmente graciosas, como las que te pueden suceder a diario cuando piensas «esto es de película». Es una pena que se quede en una peliculilla con moraleja, sin la trascendencia de Nebraska (¿es porque no es en blanco y negro?). La verdad es que no me ha llegado a conmover salvo por el papel del niño en los primeros planos. Clive Owen le acompaña haciendo, de nuevo, un papel digno de elogios. El resto del reparto tiene apariciones anodinas y sus personajes son terciarios más que secundarios.
Lo mejor: Los dos actores principales y esa mezcla entre comedia y drama tan característico de los guiones de Bob Nelson.
Lo peor: La poca trascendencia de la película.