Ya solo me quedan dos películas por ver de las nominadas este año a los Oscar en la categoría de mejor película. La verdad me esperaba una media de calidad bastante baja, pero visto lo visto, estoy empezando a creer que este año es bastante mejor que el anterior. Y todavía no he visto Room, que tiene pintaza. Pero hablemos de Spotlight. Con un tema que tampoco es que llame la atención, ha conseguido colarse entre las películas de los Oscar con seis nominaciones. Tras verla estoy segura de que las nominaciones son merecidísimas: película, director, actores de reparto (Mark Ruffalo y Rachel McAdams), guion original y montaje. Llenar dos horas de tensión con la investigación de unos periodistas sobre el mayor escándalo de pederastia de la Iglesia en Boston no es tarea fácil. Sin embargo, esas escenas que ponen los pelos de punta, sobre todo aquellas que protagonizan Ruffalo y McAdams, saber que los cuentan ocurrió de verdad y el magnífico trabajo de todo el equipo actoral, todo el conjunto está a la altura no solo de la temática, sino también del lenguaje cinematográfico.
Cuando se habla de Spotlight se suele hacer referencia a Todos los hombres del presidente. He tenido oportunidad de volver a ver un trozo hace unos días en una de esas reposiciones de TCM. Puede que tengan algo que ver simplemente porque se centra en la labor periodística para destapar un escándalo, pero por el Boston Globe planea la idea de ese pseudoperiodismo digital, de descartar todo el esfuerzo de cada reportero para entregarse a Internet. Así, las conversaciones en la redacción se parecen más a las que escribiría Aaron Sorkin que William Goldman. ¿El tema central? El abuso y la pederastia permitida por la Iglesia y las autoridades locales, con una sociedad que parece tener los ojos y los oídos tapados. ¿El tema secundario? Hace falta salir a la calle para saber la verdad, hace falta labor de calle y hacen falta periodistas que destapen los trapos sucios de los sistemas corruptos.
Lo mejor: La entrevista de Mark Ruffalo a Patrick, el papelón de Liev Schreiber, en conjunto en ningún momento se entra en el sentimentalismo.
Lo peor: La banda sonora que parece música de ascensor, pero lo peor de todo es que los hechos presentados ocurrieron de verdad.
tengo muchas de verla :). Cuáles son las otras dos que te quedan por ver?
Room y Brooklyn, a la espera del estreno 🙁
¡Que ganas de verla! Espero que no decepcione