¿Qué es ser normal? Sé que no empiezo esta minicrítica de forma muy original, pero tras ver Requisitos para ser una persona normal me he planteado una serie dudas. Sé que no soy una persona normal pero, ¿qué necesitaría para serlo? ¿Es necesario ser normal para ser feliz? Y, más importante, ¿quiero ser una persona normal? Leticia Dolera es capaz de, con una comedia romántica típica, tocar la fibra sensible de una treintañera segura de ser feliz sin cumplir algunos aspectos de su lista. Y digo típica porque su estructura es la básica de cualquier comedia romántica empezando porque dos extraños se conocen en el Ikea y el azar decide juntarlos de nuevo en una librería donde cada uno intenta esconder, por vergüenza, los libros que ha comprado. A partir de ahí comienzan una extraña amistad basada en el quid pro quo que, inevitablemente, llevará a un final demasiado obvio.
Pero a veces eso no importa. Con una estética que roza el estilo New Girl pero sin la sobreactuación, unos actores inspirados y letreros tipo Mr. Wonderful, durante hora y media nos reiremos con esta oda a las personas que no encajan en lo que la sociedad nos ha impuesto, donde debemos ser delgados, tener vida social, aficiones, casa, trabajo… ¿Y qué si no tenemos nada de eso y ya hemos pasado los 30? Podemos ser felices con lo que hemos conseguido, aunque los demás no nos consideren normales. Sí, me he sentido identificada con Leticia Dolera y sí, me he reído hasta que me caían lágrimas de los ojos, pero si rascas un poco puedes encontrar temas más profundos que los enamoramientos que pueda tener nadie. Mención especial a Silvia Munt y amigas, con una de las escenas más tronchantes de la película. Es una pena que todo esté aderezado con música moderna que, personalmente, odio hasta la muerte.
Lo mejor: La escena de Silvia Munt y sus amigas liando un porro siguiendo las instrucciones de YouTube, el buen rollo, las segundas intenciones.
Lo peor: La banda sonora, lo naíf de la protagonista.
es muy buena!!!
Una comedia de verdad y no una de chistes tópicos y sal gorda. Habrá que verla 🙂