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Relatos salvajes (2014)

Relatos salvajes

Mientras me recobro de varios maratones de series (Gotham, Daredevil, The Flash…), vuelvo por mis fueros a ver algo de cine, aunque en este caso es más bien un compendio de relatos cortos sin conexión salvo el tema principal de cada uno de ellos: ese clic que hace que una persona normal pase de un estado civilizado, viviendo conforme a las reglas, a un estado de salvajismo, rompiendo con el molde. Los seis relatos cortos comienzan con un viaje en avión lleno de desgraciados, le sigue un episodio en un restaurante, el de la rueda pinchada, el corto de #Bombita, un atropello y una boda.

Para mi gusto, los relatos comienzan bien, con un episodio interesante, manteniendo el interés en el restaurante, subiendo en el salvajismo en el de la rueda pinchada, alcanzando el colofón en el final de #Bombita, para dar un bajón en los dos últimos porque parece que ha se ha roto con las convenciones demasiado y parece que se intenta volver a los cauces de lo predecible para vendernos un final feliz cuando lo que cabría esperar sería una apoteosis del desmadre. No entiendo la fijación por ensalzar una película que sí, está bien, es divertida a ratos, pero que se intenta vender como un hito en el cine argentino. Hay muy buen cine argentino, pero Relatos salvajes solo está bien. Incluso al final se hace pesada. Está claro que mucha culpa del bombardeo en España es que el filme estuviese producido por El Deseo (de Pedro y Agustín Almodóvar), y con pasta de TVE, pero mientras sea un largometraje de este tipo, bienvenido sea.

Lo mejor: el episodio de la rueda pinchada, con un Leonardo Sbaraglia impresionante.

Lo peor: el episodio del atropello, lento, predecible, demasiado largo, con algunos actores que no dan la talla.

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