Me ha gustado mucho, muchísimo, la primera parte de Ready Player One. Es como entrar en lo mejor de todos los videojuegos que te pongas por delante. Me lo he pasado tan bien en los primeros 20 minutos que hasta me daba igual la irritante voz en off. Incluso pude abstraerme de las continua referencias a todo tipo de películas, series y videojuegos. Las veía más como una gracieta de ese tipo de grandes directores que demuestran su poder gestionando permisos y derechos de autor. Cosas del poder.
¿En cuanto a la adaptación de la novela? Si ya el libro de Ernest Cline no era más que un producto de consumo rápido para los que nos criamos en los 80, aquí se convierte en un producto romántico con un amasijo de referencias a casi todo tipo de públicos. Por supuesto, veremos el Delorean de Regreso al futuro, pero también referencias a Matrix, Twitch, Dragones y mazmorras, Overwatch, El gigante de hierro, Cristal oscuro o Todo en un día. El problema es que hay tantas y tantas referencias y comentarios a «cosas» que es imposible asimilarlas todas y centrarte en la trama. Será por eso que la historia carece del interés que produce encontrarse easter eggs de tu infancia.
La historia central es muy simple e interesante: Un genio de los videojuegos, que ha creado OASIS, el mundo de realidad virtual donde todo el mundo pasa el tiempo para evadirse, muere y decide dejar en herencia toda su creación a quien encuentre tres huevos de pascua. Para ello solo hay que chaparse la vida del erudito, algo que hace Parzival ha hecho en su corta vida sin pertenecer a ningún clan. Solo haciendo pareja con uno de sus amigos.
Pero, como hablamos de Spielberg, siempre tiene que haber una mejora del héroe gracias al grupo. Aquí, pese a que no forma parte de ningún clan, Parzival recibe ayuda de su mejor amigo Hache, un crack de upgrades, y de Art3mis, una estrella solitaria de los videojuegos que, por supuesto, será el interés romántico del protagonista huérfano. Poco a poco se irá uniendo más gente al grupo como buen equipo que llegará hasta el final.
Esto sería la trama principal que parece tener todo el sentido si no tenemos en cuenta las secundarias. Y, sin embargo, toda la parafernalia y las tramas secundarias alargan lo que no debería haber durado más de hora y media hasta convertirla en una desidia aburrida y típica.
En resumen, podrás disfrutar de Ready Player One si compras la historia spielbergiana del héroe adolescente que consigue reunir una cuadrilla de amigos totalmente diferentes unos de otros para enfrentarse a un villano hipermaligno que pretende dominar el mundo y hacer daño a los débiles. Te lo pasarás bien si te dedicas a buscar referencias de tu infancia y las encuentras. Pero puede que no llegues a gozar todo lo que se pretende por una historia ya vista, predecible y, en definitiva, la de toda la vida.
Yay & nay
Lo mejor: Los primeros 20 minutos. Las referencias a cualquier aspecto relacionado con tu infancia.
Lo peor: Excesiva duración. Se convierte en una trama romántica adolescente. Saturación de referencias.