¿Habéis tenido alguna vez esa extraña sensación al ver una película del montón en la que no paras de reír? Sí, ya sabes cómo va a terminar, quién va a acabar con quién y que los protagonistas pasarán por dificultades para llegar a un final feliz. Pero te lo has pasado genial y cuando no estás riendo, tienes esa sonrisita tonta de que estás disfrutando. Dando la nota es la típica película ñoña previsible de universitarios de EE. UU., con tanto estereotipo que parece una parodia, pero con unos 108 de duración que se pasan volando. Todos los personajes son bastante planos, pero con las chorradas que suceden entre un número musical y otro se le puede perdonar: hay demasiados personajes como para desarrollarlos y Dando la nota no es una película hecha para que quede en nuestras retinas, sino que es un producto para disfrutar durante poco más de hora y media y acabemos con un buen sabor de boca.
Podemos disfrutar de la vis cómica de Anna Kendrick, Rebel Wilson y Anna Camp (a la que ya la habíamos visto en la misma faceta como Sarah Newlin en True Blood), pero también de los presentadores de las galas del canto a capella, Elizabeth Banks y John Michael Higgins. También podremos disfrutar de un musical para los que no nos gustan los musicales, y si te gustan las canciones/pelis de los 80, te encantará el tema final. Tenemos apariciones estelares como Christopher Mintz-Plasse (McLovin en Supersalidos) o personajes secundarios como la divertidísima Hana Mae Lee. Parece que alguien supo juntar todos esos ingredientes, los puso en una coctelera y sirvió uno de los mejores combinados para pasar una buena tarde con una historia simplísima: Beca llega a la universidad con la esperanza de convertirse en productora musical pero acaba en un grupo femenino que canta a capella y que compite en el estado contra un grupo masculino, su némesis. Ambos grupos se enfrentarán hasta el final del estado por ser el mejor grupo de canto.
Lo mejor: tremendamente divertida.
Lo peor: tremendamente previsible.