Muchos de vosotros seréis fans de Vaya semanita, el programa humorístico de la ETB que se atrevió a reírse de la idiosincrasia de Euskadi: poligoneros, etarras, el paro, la política vasca y la estatal, las andaduras de los que no ligan nunca…
Todo lo que tocaban lo convertían en risa en su larga andadura de más de diez años. El estilo de humor era tan irreverente que hasta llegó a la gran pantalla. No había visto la peli protagonizada por Gorka Otxoa y he de decir que hasta me parece superior al gran éxito del director, Borja Cobeaga, Ocho apellidos vascos.
Quizá porque Pagafantas sí parece un episodio largo de Vaya semanita y está protagonizada por alguien que sí me hace gracia.
En cuanto a los apartados técnicos, no estamos aquí ante algo notable. La producción es más bien cutre, tal y como se podría suponer, y podría decirse que no fue un éxito de taquilla pese a lo que se nos ha vendido.
Ahora, desde la distancia, la película recaudó medio millón de euros menos (2 millones según el boletín de 2015 del MEC) de lo que costó. La trama nos cuenta la historia de un pagafantas vasco y sus vicisitudes como chaval fracasado que cree tener posibilidades de ligarse a una guapa argentina que acaba de llegar a España.
Para lograr su objetivo, tendrá la ayuda del tío Jaime (el pagafantas de su madre, que «no es tío ni ná») y de Rubén, su amigo del alma que prefiere quedarse en casa con su novia que salir con su colega. Por supuesto, las risas vendrán cuando la voz de documentales nos explique los términos pagafantiles como la cobra o el búho.
Yay & nay
Lo mejor: Los sketches tipo documental sobre los términos a utilizar en el mundo de los pagafantas.
Lo peor: Cuando cae en el aburrimiento, se hace muy aburrida.