Lo único que deseaba comprobar de Pacific Rim: Insurrección era si conseguía ser tan divertida como su predecesora. El resultado es muy positivo aunque muestra claros síntomas de agotamiento al seguir con la misma fórmula sin el director que plasmó la idea de kaiju vs jaegers: Guillermo del Toro, que aquí queda relegado a su contribución como guionista.
La trama nos lleva a varios años después de lo vivido en Pacific Rim. El mundo parece ya haber olvidado lo que se vivió con los kaiju hace diez años y el hijo de Pentecost (John Boyega) se dedica a venderse al mejor postor en el mercado negro que ha surgido con la desaparición de los ataques.
De una forma totalmente rocambolesca, Jake vuelve a ingresar en el cuerpo de los jaegers instruyendo a jóvenes reclutas en el arte de la sincronización mental. Junto a él se lleva el fichaje de una joven preadolescente que ha sido capaz de construir su propio jaeger en miniatura. La escena de presentación de este personaje es realmente divertida. Con esta situación, cualquier excusa para devolver al planeta los kaiju es válida para ver a ver los épicos
Lo cierto es que, pese a su duración, Pacific Rim: Insurrección es entretenida. ¿Más que la anterior? Eso era difícil, pero sigue con el mismo objetivo que su predecesora, el de entretener sin tomar al público por idiota. Me cuesta leer esas críticas que no han visto lo mismo en la película de Steven S. DeKnight. Creo que le ha sabido imprimir su sello sin distanciarse demasiado del de Del Toro, aunque se nota su piloto automático cuando se aprovecha de unos personajes tan característicos.
Porque si de algo vive Pacific Rim: Insurrección es de las ideas que se generaron en la primera película sin poder optar un desarrollo a la altura, teniendo como gran hándicap las actuaciones de los personajes en una historia demasiado rebuscada. Eso sí, sigo pensando que a Scott Eastwood le queda demasiado grande el papel de actor. Quizá tenga una larga vida como modelo, pero lo de este chaval no tiene nombre. Hasta John Boyega le supera con creces.
Yay & nay
Lo mejor: Las escenas de combate entre kaiju y jaegers. Las escenas cómicas.
Lo peor: Scott Eastwood y Burn Gorman. Una trama que no supera un análisis un poco profundo.