Sinceramente, Spike Lee nunca fue un director que siguiese asiduamente, pero tras La última noche (2002) y Plan oculto (2006) me parecía bastante soportable. Con Old Boy podía marcarme una opinión sólida al rehacer la película de Park Chan-wook basándose en un guion de Mark Protosevich, quien escribió películas como Thor (2011), Soy leyenda (2006) o La celda (2000). No sé si será por eso, pero el resultado que tenemos no es más que una película de acción del montón, con un protagonista que reparte hostias golpes como panes. Porque, salvo quizá los primeros minutos, no encontramos por ningún sitio la filosofía subyacente de la original porque nos muestran esos momentos de autodestrucción.
Es la modificación de la trama lo que le quita profundidad a los personajes. Mientras que en la película original la historia se desarrolla de un modo más oscuro y siniestro, la Old Boy de Spike Lee prefiere americanizar la historia para que no sea tan fuerte que pueda herir la sensibilidad de los espectadores. Al final, lo que Lee hace es dulcificar la historia para que pueda optar a tener más espectadores y, por lo tanto, este remake solo tiene sentido para intentar ganar más dinero. Al final, la hostia el golpe fue mayúsculo, porque esta versión tuvo 30 millones de dólares de presupuesto para solo recaudar cuatro en todo el mundo. Supongo que estaréis pensando que tengo una visión sesgada por haber visto la original, pero solo os digo una cosa: la escena plano-secuencia de la pelea es digna de El informal.
Lo mejor: es entretenida por momentos.
Lo peor: las escenas de lucha y la sobreactuación de Sharlto Copley.