¿Por qué una productora como Sony no querría que una película suya tuviese éxito? Porque es lo que ocurrió con Moon en 2009. Fue una de las películas del año pasado, por no decir la mejor, y se ha convertido en una de mis películas preferidas. La actuación de Sam Rockwell es merecedora de todo tipo de premios.
Y, sin embargo, la Sony ni siquiera la distribuyó lo suficiente para tener una buena recaudación, con la productora boicoteando su propia película, y no pudo optar a ningún premio.
En su día desde el minuto uno, con un guión cuidadísimo de Duncan Jones y Nathan Parker, bajo la dirección del primero, logra una atmósfera extraña alrededor del protagonista, Sam Bell (Sam Rockwell).
Desde el principio vemos a Sam hablando con Gerty (Kevin Spacey), el robot que controla la base lunar en la que Sam lleva ya casi tres años. Estamos en una base en la cara oscura de la Luna en la que gracias a él, en la Tierra pueden tener energía limpia bajo unos costes ínfimos. Sin embargo, ya casi al principio vemos que Sam tiene un accidente y es recogido por otro Sam. El segundo Sam se da cuenta entonces de que es un clon, y a partir de ahí vemos la evolución del viejo Sam y el nuevo, y cómo cada uno se adapta a lo que va viendo.
La fotografía y la música son otros de los puntos fuertes de la película aunque, vista ahora con la distancia, he de decir que no he encontrado ningún punto débil y por eso he de darle la nota más alta de todas, porque es una de las mejores películas que se han hecho en los últimos años y por la dificultad de hacer una buena película con una historia original de ciencia ficción.
Yay & nay
Lo mejor: Sam Rockwell.
Lo peor: la mínima distribución y publicidad.