Money Monster (2016)

Previsible, repetitiva y nada original, así es Money Monster, la última película de Jodie Foster como directora. Con un plantel protagonista de lo más atrayente (Clooney, Foster, O’Connell), se presenta como un rompedor largometraje del espectáculo por encima de las masas de público, como si se nos explicase que los programas sobre economía y valores están supeditados al espectáculo y no a informar de verdad. Eso dicen la productora interpretada por Julia Roberts, en realidad, en un momento de la peli. Pero todo se ve truncado cuando un espectador entra como Pedro por su casa con un detonador y una bomba, en el plató, en directo y amenaza con hacerla explotar si se deja de grabar (dice tener el programa en directo en el móvil). ¿No os recuerda a algo?

A mí lo primero que se me vino a la mente es Network (sin profundizar) y 15 minutos (por los 15 minutos de fama) con una trama que creo haber visto incontables veces. Me sorprende que haya recibido tantos elogios por parte del sector de la crítica porque detrás de las cámaras está quien está, por no hablar de quién actúa y produce. Hay momentos en los que ni la explicación más rebuscada puede salvar este desastre. ¿Cómo se puede defender la escena en la que van perseguidos por 10 policías andando a 6 metros de la bomba y sin haber despejado las calles de público? ¿De verdad os creéis que en Nueva York (o donde sea que filmen) la gente se va a poner al lado de la bomba a grabar con el móvil? Ya sé que hoy en día se ve de todo, pero no me lo creo. Y como esta escena hay otro puñado de ellas. Esto no quiere decir que nos vayamos a aburrir: si algo tiene de bueno que Foster dirija, es que tiene un buen timing, eso que se echa de menos en otras obras supuestamente de más calidad.

Lo mejor: Jack O’Connell.

Lo peor: Lo predecible que es.