Sigo la saga de Misión Imposible de Tom Cruise como si de una serie entretenida se tratase. El episodio de Fallout no es más que otro pasatiempo de acción para los amantes del género.
Llena de plot twists y tramas de agentes dobles y juegos de espías, Misión: Imposible – Fallout nos devuelve ese tono de las primeras entregas, sin demasiada frescura pero sin pausa para aburrirnos.
Puede que te canse un poco ver a Tom Cruise corriendo y haciendo lo mismo una y otra vez… en todos los episodios de la saga.
Fallout está más cerca de aquellas películas de Jason Bourne que añoramos, quedando relegada a momentos más realistas que fantasiosos… aunque de estos últimos no falten, sobre todo, en el tramo final del metraje.
Así que Christopher McQuarrie ha logrado realizar una película entretenida con una base bastante endeble y absurda pero que consigue su objetivo principal: hacerte olvidar tus preocupaciones. Consigue meterte de lleno en una trama rebuscada que intenta despistar al público que esté menos atento a lo que ocurre
Pese a que no pasa el filtro de cualquier espectador un poco atento a lo que ocurre delante de sus ojos, el gran montaje y las escenas de acción, especialmente las coreografiadas, hacen que pases por alto lo previsible de los giros de guion, de los villanos de palo y de la exageración entre buenos y malos.
¿Si prefiero Fallout a Upgrade o a John Wick? Por supuesto que no, pero es una buena opción para esas tardes en las que prefieres una peli de no pensar.
Yay & Nay
Lo mejor: Montaje. Escenas de acción coreografiadas.
Lo peor: El guion repleto de giros. Unos personajes demasiado exagerados.