Vuelve el mejor Cronenberg con una sátira del mundo de Hollywood acompañado sabiamente de un guion mordaz y un reparto a la altura, sobre todo de una Julianne Moore en estado de gracia. La descripción de la peor calaña de las estrellas de cine, sus manías, sus intereses, sus pretensiones, pueden ser tan banales como destructivas.
A los ojos de las personas «normales», nos convertimos en voyeurs de una estrella de cine famosa por ser la hija de una actriz de culto suicida, una chica que aparece de la nada diciendo que conoce a estrellas de cine como Carrie Fischer (Leia de Star Wars) y cuenta historias sobre cómo se causó las quemaduras que tiene en su cuerpo, una estrella del cine infantil que parece trasunto de Justin Bieber, con un padre «masajista» de estrellas que en realidad es un charlatán televisivo que vive de vender humo.
En realidad, como espectadores, no somos mejores que los personajes que criticamos porque nos lo pasamos bien viendo cómo destrozan sus vidas.
Por si fuese poco, todos los personajes ocultan un oscuro pasado, secretitos que van saliendo de forma natural hasta que somos conscientes del desenlace natural de los acontecimientos. Y digo natural porque Cronenberg es un maestro mostrándonos a su manera magistral su concepto de violencia, falsedad, mentiras, cinismo, prepotencia… Maps to the Stars es la vuelta de Cronenberg al buen cine tras el fiasco de Cosmópolis, estrenada en Cannes llevándose el premio a la mejor actriz, seguimos esperando el estreno en España.
Lo mejor: Julianne Moore.
Lo peor: Evan Bird.
