El poder del Tai Chi supone el debut cinematográfico de Keanu Reeves en la dirección, para contarnos la historia de Tigre, un alumno de Tai Chi que quiere que darle a su especialidad de combate una nueva visión, para que el mundo compruebe, a través de una competición de artes marciales, que el Tai Chi también puede valer para combatir. Pero el primer combate de Tigre lo ve Donaka, que intenta ficharlo para su empresa de seguridad, ocultando una finalidad oscura.
Pero en El poder del Tai Chi lo único interesante no es el argumento, que hace aguas por todos lados, y más a medida que se adentra en la historia, sino los combates, estupendamente coreografiados y filmados, ya que en este tipo de combates se tiende a los movimientos rápidos de cámara para disimular la escasez de técnicas de combate. En este caso, se amplía el plano para ver todos los golpes y movimientos claramente. Hay poco más que destacar, salvo los descarados «homenajes» a las películas de artes marciales con sus típicos planos y enfoque a primer plano haciendo zoom.
Lo mejor: los combates.
Lo peor: la historia es demasiado cutre.