Recientemente he podido ver, casi una detrás de otra, Magical Girl y La isla mínima. Recuerdo leer, durante las semanas previas a los Goya 2015, comentarios a favor de lo rompedora y original que era el largometraje de Carlos Vermut comparándola con la copia que era La isla mínima de la primera temporada de True Detective (cuando, en realidad, la película española se rodó mucho antes que la serie de la HBO). Pero recomiendo el visionado de esta película sin leer/ver/oír ninguna crítica, ninguna reseña y ningún comentario. Magical Girl, con un 7,2 en Filmaffinity en estos momentos, no habría llegado al 5. Con películas como esta suele pasar que los usuarios que votan en masa, suelen votar con notas altas aquellas películas que ya tienen una nota alta. Ocurre lo mismo con Avatar. Una peli infumable que solo tiene notas altas porque la gente le hace caso a los críticos y votar una peli así con una nota baja te convertiría, directamente, en un inculto sin gusto por el buen cine. Pues he aquí una gran verdad: los críticos tienen tanta idea como tú o yo, es decir, nada. Los críticos emiten una opinión y muchos de ellos de forma subvencionada por los estudios. Los críticos aúpan películas que sin el marketing apropiado suspenderían en un pase de películas normalillas. Y aquí los críticos se han rendido a alguien que ha hecho algo diferente sin tener en cuenta el resultado, que es bastante pobre.
Está bien que una película quiera impactar al público, muchos lo hacen con tino. Pero el guion es desafortunado a medida que avanza. No me ha gustado la forma de unir las diferentes historias, esas conexiones son inverosímiles. No me ha gustado que comiencen la película con una situación bastante deprimente con una niña con leucemia para, de golpe y porrazo, olvidarse de ella para contarnos la historia de una desequilibrada y su chantajeador. Por no hablar de la historia de José Sacristán, que nunca te cuentan completa, así que el público será el que se imagine los huecos que queden. Menos mal que las tablas que tiene hacen que por lo menos vocalice bien y se le entienda. ¿Por qué (y permitidme que generalice) el cine español no le da importancia al sonido? En varios momentos parece que estoy oyendo el murmullo de J de Los Planetas en lugar de un diálogo de cine. Para que se me entienda: el sonido es tan malo que hay momentos que se hace muy difícil seguir las escenas. Pero en fin, sigamos hacia el final y, cuando veáis el final, lo destripamos en los comentarios para no hacer spoilers.
Lo mejor: Los misterios de los personajes de los que nunca se habla para explicarlos.
Lo peor: El sonido, el modo de hacer confluir las historias independientes.
FINAL CON SPOILERS:
[spoiler title='Title']Sacristán dice «Venga, no te mato», y cuando el padre le dice que su amiguita se lo ha invenetado todo va y lo mata. No solo eso, sino que sube a su casa para matar igualmente a su hija, que no tiene culpa de nada. Todo sea por el espectáculo, por el dar que hablar y no por su sentido narrativo. Aquí, de eso, falta.[/spoiler]