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Halt and Catch Fire, la infravalorada serie dramática sobre tecnología (2014-2017)

Me enteré de la existencia de Halt and Catch Fire en un domingo de sofá-peli-manta y zapping. La casualidad quiso que en el canal de AMC empezasen a emitir un maratón de la serie con toda la primera temporada, al parecer justo después de su season finale. Hablamos del verano de 2014 y ya desde la primera temporada se habló de una serie de una calidad exquisita, como la serie dramática sobre tecnología que todos necesitábamos, alejada de los típicos tópicos que puedes pensar al leer la sinopsis.

Hablamos de una serie ambientada en los 80, cuando comienzan a fabricarse los ordenadores personales y tres personajes aúnan sus fuerzas para enfrentarse a las grandes compañías. De Joe MacMillan (Lee Pace), Cameron (Mackenzie Davis) y Gordo (Scoot McNairy). Más tarde se unirá la mujer de Gordon, Donna Clark (Kerry Bishé).

Joe MacMillan es un tiburón, un vendehumo, un mentiroso, un ambicioso y egoísta comercial que deja IBM para trabajar en Cardiff Electric, la empresa que seguimos en la primera temporada, que junta a este superejecutivo con el cerebro de Gordon, el Steve Wozniak de ficción y una joven y prometedora programadora un poco rebelde llamada Cameron Howe. Sus figuras y personalidades casi se pueden descifrar en una de las mejores openings de los últimos años solo por su sencillez e intenciones.

El final de Halt and Catch Fire

Ahora, a un mes del estreno de su última y cuarta temporada se puede decir que ha sido un total fracaso de público y un gran éxito entre la crítica, pese a no haber estado nominada a nada salvo a un Emmy técnico precisamente por los créditos iniciales, perdiendo contra Manhattan. La apuesta por Halt and Catch Fire por parte de AMC pese a que cada vez tenía menos audiencia solo se explica por sus incondicionales, esos que siguen religiosamente esta serie que estaba acostumbrada al medio millón de espectadores en cada capítulo y que en el último capítulo de la tercera temporada no llegó ni a los 300 000.

Durante su primera temporada, Halt and Catch Fire se centra en la creación de un ordenador personal propio para Cardiff Electric. IBM había conseguido crear uno de los primeros PC con un procesador externo, un Intel, así que tanto Joe como Gordo intentan copiar a IBM con la ayuda de una experta en código como Cameron, utilizando para ello la ingeniería inversa que, en teoría, no infringe derechos intelectuales.

Sin embargo, ¿para qué recrear el ordenador de IBM si lo que quieres es diferenciarte? Lo que diferenciaría a Cardiff, y así lo defiende Joe, es que fabricarán el primer ordenador verdaderamente portátil basándose, de ese modo, en la historia de Compaq.

Cameron Howe (Mackenzie Davis), la verdadera protagonista

La importancia de los personajes de Halt and Catch Fire

Ya han pasado varios años y los personajes han crecido. Lo que veíamos en un principio ya no es lo que mueve sus vidas al finalizar la tercera temporada. Cameron ha pasado a ser una jefaza, creando su propia empresa de videojuegos, Mutiny, y haciendo un gran equipo con la mujer de Gordo, Donna.

El potencial de las mujeres en esta serie empezó en la segunda temporada, cuando el matrimonio de Gordon y Donna comienza a tener protagonismo y nos damos cuenta de que el genio de la familia puede que no fuese él, sino ella. O puede que los dos sean unos genios. El final de la segunda temporada nos llevaba desde Texas directamente hasta San Francisco para un nuevo comienzo, el de Mutiny y el del reinado del dúo que forman dos féminas contra el estricto poder masculino de las empresas tecnológicas.

Equipo completo de Mutiny en su época de videojuego online

Mutiny se iniciará como una empresa de videojuegos online que vive bajo la anarquía como método básico de trabajo y con una finalidad basada en los intereses personales de Cameron, su fundadora, que acepta a Donna como socia para, en realidad, jugar un papel de madre o cuidadora de toda la familia de Mutiny. La empresa evolucionará a medida que avanza la sociedad tecnológica, para convertirse en una empresa puntera que debe pasar por todas las fases hasta verse obligados a tomar decisiones críticas para su supervivencia.

Por otro lado, así como asistimos al éxito profesional, también comprobamos el sacrificio personal de todos los personajes. Gordo empieza a trabajar para Cardiff por verse obligado a ganarse el pan tras el fracaso en la creación del Symphonic. El Symphonic era el ordenador que creó con su mujer, también ingeniera, y que se llevó gran parte de la felicidad del matrimonio. El tiempo empleado en el Symphonic y su final, que conllevaba la pérdida de tiempo e ilusión por crear un ordenador puntero, conlleva a que Gordo deba aceptar un trabajo menor en Cardiff mientras que Donna relega su papel hacia el cuidado de sus hijas y la casa.

Gordon ‘Gordo’ Clark (Scoot McNairy), el workaholic fracasado que recuerda a Gary Kildall

Una serie basada en hechos reales… muy lejanamente

La vida del matrimonio Clark parece basarse en la historia de Gary y Dorothy Kidall, que en los años 70 consiguieron crear un sistema operativo que se utilizaba en gran parte de los ordenadores personales. Cuando IBM buscaba el sistema operativo ideal para su ordenador en 1980, los Kidall tuvieron la oportunidad del siglo para tener éxito.

Hay varias leyendas urbanas y, a día de hoy, no sabemos exactamente qué ocurrió, pero IBM decidió finalmente apoyar a un tan Bill Gates y a su MS-DOS. Más tarde se descubre que IBM utilizó sin permiso el copyright de CP/M, el sistema operativo de los Kidall, así que imaginaos qué debió de haber pasado por la cabeza de Gary y Dorothy Clark al ver pasar su futuro delante de sus ojos.

Como los Kidall, Gordo decide crear su propio ordenador publicitándolo a través de anuncios en prensa y en revistas sobre tecnología. La lucha interna entre el ansia de éxito de Gordo y el no poder estar con su familia está perfectamente interpretado por Scoot McNairy, capaz de realizar una interpretación de esas que te hacen comprender al personaje incluso cuando toma decisiones que no debería tomar.

Donna Clark (Kerry Bishé), de resignada ama de casa a socia de una gran empresa

Mientras Gordo desarrolla la visión de Joe MacMillan para Cardiff y, después, cuando decide crear su propio ordenador, impacta directamente en la vida de Donna que, si bien en el pasado tuvo un papel importante en el desarrollo de su carrera profesional, relega su papel al hogar, con la frustración de ver que su marido sigue sin tener éxito comiéndose fracaso tras fracaso por toda una serie de decisiones a lo largo de los últimos años.

Donna es uno de los personajes que más crece a lo largo de las tres temporadas que se han emitido hasta hoy de Halt and Catch Fire. Es capaz de asumir su papel de ama de casa por su marido y de tomar las riendas cuando Gordo ya no puede hacerlo más. La vuelta de tuerca que supone que sea la mujer la encargada de salir a trabajar en plena década de los 80, convierte a los Clark en todo un ejemplo, cara el público, de la liberación de la mujer. En casa, Gordo pasará por todo lo que tuvo que asumir Donna en su día y, mientras, ella decidirá apoyar a Cameron en su nuevo proyecto: Mutiny, llevando sobre sus hombros el papel de madre de todo el equipo.

El crecimiento de Donna se ve de forma paralela con el crecimiento de toda empresa con la que colabora. Tenerla en tu equipo es como tener una carta que dobla tu puntuación y que utilizas constantemente en tu mesa laboral. Sin embargo, el desarrollo de su personaje desemboca en una especie de aprendiz de Joe MacMillan, ya que comienza a mostrar tácticas que parecen indicar una rebaja en la integridad como compañera para poder subir como personaje principal, sea por encima de su socia en la empresa o su marido.

Joe MacMillan, el tiburón de IBM, Cardiff Electric, Westgroup…

Joe MacMillan, el tiburón encantador

La frustración de estos dos personajes es aprovechada por Joe MacMillan que, con su encanto natural, es capaz de hacer que quien tenga a su lado actúe como él quiera. Su falta de integridad para conseguir el éxito egoísta nos hará verlo como el villano de la serie, pese a que su fortaleza se ve mermada en ciertos momentos de debilidad, sobre todo al descubrir su oscuro secreto.

Joe es la némesis de Cameron. Mientras que ella es la rebelde que no se mueve dentro de las normas de la sociedad, la visionaria que ve el futuro más allá del corto-medio plazo, la inteligente desarrolladora de código que lleva una vida errática por algo que le ocurrió en el pasado, MacMillan es el típico comercial que juega con las normas y las destroza únicamente para destacar, pisando a quien se encuentre a su paso, sean amigos, familiares o compañeros. Lo que el público no sabe es que gran parte de su tiempo se dedica a vender algo que no existe ni cree en ello. Pero lo vende igualmente.

Sin embargo, sí comparte con Cameron la ambición de crear algo que trascienda a su tiempo. Esa ambición es la que los une en la primera temporada. En la segunda, vemos a un Joe sin esa ambición y, como tal, apartado de los grandes objetivos y viviendo una vida tranquila y sin sobresaltos, con una mujer que le permite disfrutar de lo que desee en cualquier momento.

Pero, como diría Aeron Greyjoy, What is dead may never die, but rises again, harder and stronger. Así que Joe decide volver con mucha más fuerza y convertirse en la figura con la que muchos desean acercarse simplemente por su fama, como si fuese una especie de Steve Jobs, algo que vemos, sobre todo, en la tercera temporada, aunque incluso Steve Wozniak dijo tras ver el piloto que Joe se parecía muchísimo a la estrella de Apple.

Toby Huss interpreta a John Bosworth o ‘Boss’, por el respeto que le tienen todos los personajes

Por encima de Joe vemos a John Bosworth o «Bos», como le llama Cameron. Bos es quien debe controlar a Joe MacMillan desde la perspectiva de Cardiff. Si bien en la primera temporada actúa más como un secundario molón, en la segunda se consagra y en la tercera no podemos vivir sin él. Bos es un experto a la hora de negociar cualquier cosa. Es capaz de venderte lo que sea y, sin embargo, mantiene su rígido código ético lo que, a largo plazo, le pasara factura.

La figura de Bos es como ver, en un futuro a medio-largo plazo, cómo acabarán todos los personajes de seguir dándolo todo por su trabajo, olvidándose de sus propias vidas privadas, centrándose en lo que les aporta dinero en lugar de la familia o los amigos cercanos. Por eso, aunque es el típico hombre de negocios que sabe manejar las reglas del juego como si se criase con ellas, es incapaz de manejar su vida íntima. Siendo tan torpe con su propia familia, los trabajadores e incluso Cameron lo ve como su propio padre.

Cameron es una visionaria, así como Dona Bailey, creadora del arcade Centipede

Echando ya de menos a Halt and Catch Fire

Lo que nos vamos a encontrar en la cuarta temporada es todo un misterio. La tercera finalizó con una elipsis de lo más extraña, casi poniéndonos en un nuevo punto de partida de unos personajes de los que ya conocemos su personalidad, pero de los que nos faltan unos años por conocer.

El equipo que conocemos discute sobre el futuro de la web y lo que puede ser la construcción de NeXTcube intentando, a su vez, solventar los problemas que se encuentran con su propio pasado, ese que no les deja avanzar.

Halt and Catch Fire es una de esas series que recordaré toda la vida como una de las mejores que he tenido la oportunidad de ver. A una serie dramática de este calibre, con unas actuaciones inmensas y una trama novedosa solo le ha faltado el apoyo del público, que quizá se vea abrumado con la ingente cantidad de vocabulario técnico. Dejad eso de lado y dadle una oportunidad, en serio, estos chicos lo valen.

Halt and Catch Fire estrenará su cuarta y última temporada el  19 de agosto en Estados Unidos vía AMC. En España la suele estrenar el canal AMC subtitulada y doblada.

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