Parece una tarea descomunal juntar muchos temas peliagudos para tratar en una misma película, pero parece que para Susanne Bier es una tarea sencilla. Estamos ante una película en la que se muestra, una vez más, la relación entre padres e hijos y los problemas escolares, junto con los problemas de bullying que aparecen continuamente en las películas danesas. En Hævnen, además, se trata de forma espectacular la personalidad que se forma en la adolescencia cuando la muerte está rondando, pero centrando todos los tipos de violencia en varios frentes para hacernos reflexionar si esta es justificable o no según la situación en la que nos encontremos bien siendo niños o bien siendo adultos en situaciones extremas.
En la película se nos muestra cierto desprecio por los suecos por parte de los daneses, haciendo varios comentarios con la típica frase de «vuelve a tu país». Teniendo esto en cuenta, Christian es un niño que comienza el curso en una ciudad danesa donde se enfrenta el primer día a la visión del acoso escolar viendo cómo unos niños se mofan del «niño rata», un niño sueco. Christian decide que se hará amigo de Elias y le defenderá de los abusones del colegio, convirtiendo un acto de acoso escolar en algo cada vez más duro. La espiral de violencia comienza a agravarse sin casi enseñarla en pantalla, haciéndonos partícipes de las familias de Elias y de Christian, identificándonos con cualquiera de sus miembros.
Lo mejor: los niños, la relación de Christian y su padre, la ambientación, que te hace querer y odiar a partes iguales a algunos personajes.
Lo peor: la trama del padre de Elias en África no se explica demasiado y solo es una excusa para explicar la línea que separa la decencia del juramento hipocrático.