Tengo que decirlo. He visto Frank y me ha gustado, pero no de la forma en que le ha gustado a las críticas que he leído desde su estreno, en las que alaban sus «rarezas» y la interpretación de Michael Fassbender (WTF?). Para mí, la película no es más que una crítica bastante firme a toda esa música alternativa que en realidad es ruido, pero es seguida por muchísima gente que la tilda de «arte», haciendo que los «creadores» del engendro se crean cada vez más que son unos semidioses del rock. Además, parece que para crear música rompedora tienes que haber pasado por un psiquiátrico con anterioridad a dedicarte a la música o, como poco, salir de un hogar desestructurado.
Son muchos los aspectos que parecen filmados solo para criticar esa forma de vida, ya no solo por tener un desequilibrado como líder de un grupo, sino por la sarta de estupideces que hace el protagonista, no lo olvidemos, Domhnall Gleeson, un pseudo John Frusciante o Jason Newsted que, por cosa del azar, conoce a los miembros del grupo del que es fan justo cuando su teclista debe dejar el grupo. Jon, que así se llamará nuestro protagonista, accederá a recluirse en una casa en un bosque, donde conocerá al resto del grupo y se dará cuenta de que la música que pretende hacer no le llega a la suela del zapato a la creada por sus compañeros.
Lo mejor: es bastante divertida si se toma desde cierta visión cómica.
Lo peor: si se pretende tomar en serio toda la película, no tendrá sentido.