El juego de Ender es una novela escrita por Orson Scott Card y publicada en 1985. La película, por supuesto, está basada en esta novela (la primera de la Saga de Ender). Fue el mismo Orson Scott Card quien escribió el guion de una producción anterior para tener el control sobre qué se filmaría, pero finalmente se realizó un nuevo guion escrito por el mismo director, Gavin Hood, el director sudafricano de Tsotsi (2005). Comparándola con la novela, la película sufre de varios recortes argumentales como en cualquier adaptación cinematográfica, y se centra en el entrenamiento de Ender y en su evolución a comandante.
Aunque los efectos especiales no están a la altura del argumento, si nos centramos en la evolución del personaje central podríamos estar bastante satisfechos. Sin embargo, se dejan en el tintero muchísimos aspectos por explicar, y no me refiero a aquello que no se plasma en pantalla que sí aparece en el libro, sino a que se da por hecho que el espectador debe conocer toda la historia de Ender para saber qué ocurre. Parece que todo pasa a la velocidad del rayo, sin darle la oportunidad al espectador a asimilar qué está pasando. El resultado es un producto desigual: mientras que disfrutamos cuando Ender está aprendiendo nuevas técnicas y se está formando para ser uno de los líderes de la guerra contra los insectores, no entendemos cómo desaparece totalmente el personaje de Viola Davis en un momento dado, cómo es posible que Harrison Ford tenga la cara de un ñu interpretando o por qué se incluyen tramas que no tienen la menor importancia.
Lo mejor: la escena de la formación de la Escuadra Dragón.
Lo peor: desaprovechar a los buenos actores y darle importancia a personajes interpretados por actores que parecen trabajar en la película solo por dinero, poniendo su cara y nada más por su parte.
