A veces con la etiqueta «Basada en hechos reales» nos quieren colar cualquier historia de supuesto terror. Desde luego, todo el terror de toda la película se resume en la interpretación de Sean Harris (Micheletto de la serie The Borgias, 2011-2013, y Fifield de Prometheus, 2012), auténtico actorazo del que espero que algún día pueda interpretar algún protagonista en alguna peli merecedora de su actuación. Pero cosas como esta no. Se agradecen los intentos de sacarnos una sonrisa gracias al compañero del protagonista en la policía, interpretado por Joel McHale (Jeff Winger en la serie Community), pero para acabar con buen sabor de boca, no se puede alimentar una película solo de gags cómicos y la interpretación de un secundario, hace falta algo más.
En la película, nuestro protagonista (Eric Bana) es Ralph Sarchie, un policía de Nueva York que comienza a investigar una serie de crímenes que parecen tener un origen demoníaco. En la película nos lo presentan como alguien que ha perdido la fe y que no cree en nada, pero al personaje real en el que se basa le gustaba leer historias paranormales como si de un Iker Jiménez se tratase, por lo que si llegan a retratar fielmente la realidad en la película, perdería todo el sentido. De todos modos, la película en sí no es más que un policía investigando lo que al final acaba en un exorcismo, algo que ya nos presentan en el tráiler, donde nos destripan todo el argumento, así que no hace falta malgastar dos horas de tu vida para saber si te gustará o no.
Lo mejor: Sean Harris.
Lo peor: incongruencias del guion y momentos aburridos.