Tras Cooties, otra película que se ha podido ver en el Festival de Sitges: Cop Car o Coche policial. Me vais a permitir que suba uno de los carteles no regulares que veréis de Coche policial. Este cartel es maravilloso y demuestra que puedes tener interés en un largometraje por cómo te lleguen las sensaciones de una peli. Todo en ella me llamaba la atención: corta duración, Kevin Bacon haciendo de tipo duro, una pequeña travesura de dos niños que se va complicando, un escenario cambiante a medida que conducen… Pero ya desde el principio se nota que algo no va bien. La forma de presentar a los personajes no convence y la trama no arranca del todo hasta que pasa la mitad de la película.
Es una pena que propuestas como esta tengan que llevarse a la gran pantalla con una duración excesiva para la trama. Es cierto: Coche policial es un corto con escenas muy pero que muy alargadas para llegar a los 86 minutos, que son unos 80 quitando los títulos de crédito. Si una película como esta, que se supone que es un thriller y debe mantenerte en tensión, se hace aburrida a los cinco minutos, es que algo de base falla. Podemos decir que es la historia de dos niños que encuentran un coche de policía supuestamente abandonado a poca distancia de sus casas y se lo llevan para dar una vuelta y descubrir todos sus extras, aunque lo que ocurre en realidad es que el sheriff de policía ha semiescondido su coche para tirar un cadáver a un pozo. A partir de ahí, el sheriff intentará recuperar su coche porque hay algo dentro que necesita. Es una pena que en la película no se haya exprimido esta circunstancia lo suficiente: parece que el sheriff lo único que hace es correr hacia su casa para hablarle a los niños por radio y ya está. Una pena. Lo mejor es esa sorpresa que hay en el coche, que por supuesto no contaré, pero que justo cuando sabemos qué es, sube un poco la intriga.
Lo mejor: la sorpresa que hay en el coche del sheriff.
Lo peor: el alargamiento de las escenas, es una película de, como mucho, 20 minutos en versión extendida.