Sorpresa, sorpresa. Suelo ver películas de ciencia ficción porque es un género que me atrae, pero la calidad de las mismas normalmente no llega al nivel deseado. Incluso es difícil encontrarlas porque hay gente lista que cataloga las películas de fantasía dentro de la ciencia ficción. Dicho esto, la ganadora al mejor guion en el Festival de Sitges 2013, Coherence, se cataloga con todas las de la ley dentro de la categoría de ciencia ficción. Comentar el argumento sería realizar un spoiler gigante desde el principio, así que solo comentaré que un grupo de amigos se reúnen para cenar en la casa de una de las parejas mientras pasa un cometa, que parece ser el detonante de unos sucesos extraños que le ocurre al grupo de protagonistas.
La forma de rodar en principio parece de documental, para hacernos partícipes de la cena de amigos, para poder conocer un poco de la personalidad de cada uno. De pronto, se va la luz y comienzan a preguntarse a sí mismos toda una serie de ideas que se irán desarrollando sin saber muy bien qué es lo que ocurre en realidad. Coherence es una buena elección para pasar una hora y media de intriga sin saber muy bien qué ocurre pero que a cada minuto que pasa engancha más. Un gran trabajo de James Ward Byrkit en la dirección pero también en el guion que coescribe Alex Manugian.
Lo mejor: la originalidad y las grandes actuaciones de los actores.
Lo peor: que la ciencia ficción de este tipo no tenga la aceptación del gran público.
Me sumo a tu valoración positiva. Una película que absorbe y que con escasos medios (podría haber sido una obra de teatro), con un guión brillante, nos deja reflexionando, un poco paranoicos, tras su visionado. Sheldon Cooper se sumaría, sin duda, a esta propuesta para una tarde de lluvia.
Desde luego, muy pocas películas consiguen lo que esta con tan pocos medios, dejarte confundido mientras la ves y que te preguntes qué coj***** estás viendo y qué pasa en realidad. Me encantó cuando la vi por primera vez y seguramente haya un segundo visionado dentro de unos meses 🙂