Colega, ¿dónde está mi coche? es un no parar de reír. Por supuesto, siempre habrá alguien que diga que no es fan de este tipo de comedias, pero pondré tan solo unos gifs animados para recordar por qué mola, tío.

—Tío, ¿qué pone el mío? —Mola, ¿y el mío? —Tío, ¿qué pone el mío? —…

—¿Y luego? —Y luego nada.

¡Zoltan!
No sé las veces que la he visto. La lucha de Scott Pilgrim contra los siete malvados exnovios de Ramona Flowers, las referencias a grupos como Smashing Pumpkins o que Pequeneil (en su versión española) pierda la connotación de la versión original de Young Neil (Neil Young en realidad), que el cantante se llame Stephen Stills como Stills, Nash & Young, el personaje de Kim, la obsesión de Scott por su pelo y por Ramona, que parezca todo un comic… es una genialidad de Edgar Wright.
Hijos de los hombres está en la lista por algo totalmente distinto. Me hizo creer que Clive Owen podía ser buen actor y que una historia del apocalipsis de la humanidad razonable fuese totalmente creíble en un futuro cercano añadiendo esperanza pero rodado con un cuidado que no he vuelto a ver a día de hoy.
Escondidos en Brujas también hizo que me plantease mi opinión sobre Colin Farrell, pero esta sigue hasta hoy. Con pocos medios y una historia original, podemos ser más del personaje de Colin Farrell o del de Brendan Gleason, pero no puedo dejar de reír cada vez que me acuerdo de Ralph Fiennes. Me encantó la primera vez, pero la segunda, en versión original, fue superior, y sigue así hasta ahora.
Personalmente, Beatrix Kiddo me ha dado mucho, pero Kill Bill Vol. 1 no está aquí solo por ella, sino solo una parte. La americanada-japonesa que se marca Tarantino en esta primera parte de la venganza de La Novia consigue despejar la mente a base de katanas, artes marciales y diálogos tarantinianos.
Por supuesto, hay muchas más, pero estas han sido las primeras que me han venido a la mente que estuviesen hechas desde el 2000 hasta hoy. ¿Y vosotros tenéis alguna más?