Una grata sorpresa es lo que me he encontrado con uno de los últimos documentales de Netfix, Casting JonBenet, traducido en nuestro país como Quién es JonBenét. Antes de comenzar, sabed que no se trata del típico documental sobre el asesinato sin resolver de una niña pequeña, lanzando teorías sobre los posibles culpables. La excusa del montaje es el casting para una película o documental sobre el turbio episodio de la muerte de JonBenet Ramsey. Los actores tratarán de convencer a la cámara por qué son los idóneos para interpretar cada papel contando, de primera mano, sus experiencias en relación a la muerte de la niña en 1996, que conmocionó a la sociedad estadounidense durante años.
En el documental se cuenta, por supuesto, lo que ocurrió según los hechos que sí se pueden comprobar: la madre de la niña apuntándola a concursos de belleza, el hallazgo de la nota de secuestro y el descubrimiento del cadáver según la versión oficial. El circo que se montó tras el asesinato es el que vemos retratado a través de los actores que cuentan su propia opinión sobre quién es el culpable. Nuestros «protagonistas» aseguran que la madre, el padre o el hermano de la niña, elaborando teorías que seguramente habrán oído en televisión, son los culpables del asesinato contando su realidad a través de deducciones de lo que habrán oído o leído. No sabría si calificar Casting JonBenet como falso documental o un documental de testimonios, porque lo que vemos en realidad, es que, cuando ocurre un hecho tan triste como el abuso y asesinato de una niña pequeña, lo primero que se produce es la estigmatización de los más cercanos a la víctima, sean o no culpables.
Lo mejor: El momento en que los protagonistas comienzan a contar sus propias experiencias a cámara comparándolas con el asesinato de JonBenet y cómo se sienten identificados con cualquier aspecto del caso.
Lo peor: Pese a que dura 80 minutos, la estructura hace que se haga pesado hacia el tramo final.
Estos casos siempre son bastante turbios y más allá de la muerte de la víctima (más trágica por ser una niña tan pequeña) es como dices si en algún momento pasas a ser uno de los sospechosos ya tienes la vida arruinada, quizá para siempre, aunque seas inocente. Es un pensamiento inquietante que tengo cuando veo los circos que se forman también aquí en España con gente insultando a presuntos asesinos en la entrada de un juzgado, ¡cómo nos gusta linchar! Pero luego si se le declara inocente esa misma gente no se van a juntar para disculparse.
Será cinismo pero me da que pensar que eso nos convierte en más carroñeros que en gente que ansia justicia.