El último capítulo de Black Mirror ha sido una sensación en Internet. Bandersnatch interpreta los Sigue tu propia aventura dando un paso más allá de lo que solíamos encontrarnos en un simple libro.
Por medio de la toma de decisiones entre dos opciones preconcebidas, Bandersnatch nos guía a través de una historia sin demasiado interés.
Por supuesto, comienza con una estructura interesante y supuestamente novedosa en la que es el propio espectador el que elige qué le sucede al protagonista.
Sin embargo, al poco tiempo te das cuenta de que en realidad no puedes elegir el camino que ha de tomar. Solamente puedes elegir entre dos opciones en momentos en los que tampoco es vital elegir, o bien las opciones ofrecidas no están dentro de lo que serían soluciones antagónicas. Esto quizá lo he tomado bastante mal por la costumbre de poder elegir entre caminos bastante distintos en diferentes juegos de rol, adaptándome a las consecuencias de mis decisiones.
Así que lo único que nos cuentan es la acción que discurre en una línea, con diferentes bifurcaciones que se cortan para volver al principio. Así, el usuario cree que elige cuando en realidad está dentro del propio juego de Netflix.
Ya nos lo dicen en las primeras secuencias: elige una opción porque la otra no está preparada todavía. Y precisamente eso es Bandersnatch. Una historia bastante pobre cuyo único aliciente es poder escoger entre dos opciones a través de las cuales solo una consigue hacer avanzar el relato.
Yo, lo siento, pero no me lo trago. Además, me ha aburrido soberanamente.
Yay & Nay
Lo mejor: La premisa de la elección del espectador.
Lo peor: Prefiero cualquier RPG con un poco de historia.