Agosto es una de esas películas que se lo debe todo a los actores. Así como sabemos que apostar por Meryl Streep es un valor seguro, aquí la sorpresa está en la comprobación de que todo el elenco actoral está a la altura de las circunstancias, desde Margo Martindale hasta Julia Roberts, pasando por Ewan McGregor o Chris Cooper. Todos ellos se afanan en hacer llegar al espectador el amor-odio que puede llegar a tener una familia. En este caso, es Meryl Streep quien lleva las riendas como la matriarca Violet. Enferma de cáncer, su marido contrata a una chica india para que la cuide y haga las labores de casa. Mientras que Ivy (Julianne Nicholson) es quien cuida de sus padres, sus hermanas Barbara (Julia Roberts, la preferida del padre y la odiada por la madre) y Karen (Juliette Lewis, la pequeña y cabeza loca) vuelven a su Oklahoma natal en agosto para pasar unos días en familia. Pero lo que no se esperan es que su padre desaparezca en extrañas circunstancias.
Todo se irá complicando cada vez más hasta el punto en que Barbara le hace ver a Violet que vuelve a ser una adicta a las pastillas, que Beverly (poeta de éxito, ya jubilado) en realidad se suicida porque no soporta a su familia, que Karen busca el amor siempre en el lado equivocado, y que el romance de Ivy encierra el secreto más oscuro de la familia. Todas las relaciones familiares se mezclan en un cóctel explosivo que nos ofrece una gran película sobre la soledad, la unión obligatoria de familiares y cómo es posible odiar y querer a las mismas personas.
Lo mejor: Meryl Streep.
Lo peor: Se echa de menos algo más de humor negro.
