Estoy segura de que si no hubiesen existido las adaptaciones prevas de Agatha Christie, Asesinato en el Orient Express habría sido una de las películas de las que todo el mundo habla en su estreno. Es una verdadera lástima que exista la versión de Sidney Lumet que llevó a la pantalla esta historia en los 70. Su academicismo era el adecuado para la época, sin salirse de fórmulas previamente establecidas pero trasladando a la pantalla la misma ambientación que en la novela. Kenneth Brannagh intenta hacer lo mismo.
Y, sin embargo, Brannagh ha podido incluir algunos detalles que le dan un poco más de fondo al personaje de Hercules Poirot, con una escena previa cercana a la película de aventuras y ciertas píldoras de arrepentimiento por no haber llevado una vida más «casera». Con todo, Asesinato en el Orient Express sigue siendo una película muy teatral, con un grupo de sospechosos atrapados en un tren que no puede seguir su curso por una avalancha sobre las vías en una nevada pero preciosa Yugoslavia.
El casting para llevar la historia a pantalla es muy acertado. Se ha conjugado la veteranía de estrellas de cine con otra serie de actores y actrices poco conocidos. Uno de los grandes problemas para el público no habituado a esta clase de historias es que la presentación de cada uno de los personajes debe ser muy fugaz para no alargar demasiado el metraje con la introducción. Brannagh lo consigue con algunas personas del vagón pero no con todas.
Sigo creyendo que, hoy en día, este tipo de películas podrán realizar de una forma mucho más cómoda y mejor técnicamente, pero pese a que la historia me gusta, no se adapta al público general actual. Por un lado me entristece y por otro creo que Brannagh no ha elegido la película concreta sobre la que realizar un remake.
De todos modos, como fan de este tipo de relatos, he disfrutado como una enana pese a saber cómo iba a acabar la historia, quién iba a ser el asesino y quién iba a morir. La ambientación está muy lograda y los exteriores (que no son tal) logran abrir los planos para que el espectador tome algún respiro de la complicada trama teatral. Entiendo que no a todo el mundo le gustará, pero a mí me parece una cuidada cinta no del todo valorada.
Yay & nay
Lo mejor: La ambientación. La historia. El desenlace. Las actuaciones. Michelle Pfeiffer.
Lo peor: Johnny Depp. Introducción demasiado larga.
Puntuación
