Si hay algo que define el cine de Mike Leigh es que sabe retratar la clase media inglesa. No trata de mostrar la high-class de la city pero tampoco a los troners y chonis barriobajeros de Misfits o a la típica Vicky Pollard de Little Britain, sino gente normal, en un estatus normal. Imelda Staunton hace la presentación con una intensa pero breve actuación en la que un ama de casa jubilada que vive una miserable vida, pero es demasiado cerrada como para hablar de ella misma y mejorar: solo quiere somníferos porque no puede dormir y no se centra en su dolor, sino en atacar un síntoma, así que nunca solucionará sus problemas y seguirá siendo miserable hasta el fin de sus días. Esta presentación marcará el tono de las siguientes dos horas. Así, la orientadora que atiende a este personaje comienza a hablar con una compañera de trabajo que, ahora sí, centrará la trama.
En Another Year la actuación sobresaliente es la de Jim Broadbent. Sí, podría decir que Mary es un caramelo de personaje para cualquier actriz, y Lesley Manville lo interpreta a la perfección, pero la interpretación del personaje de Tom requiere poder transmitir todo sin hablar ni hacer aspavientos como los de Mary. Por lo tanto, pongo a Jim Broadbent como lo mejor de la película. Sin embargo, es un largometraje en la que todos los actores tienen su importancia, ya que se trata de una película de personajes más que de trama. Digamos que el tema central trata sobre los corazones rotos y de cómo consiguen soportarlo. Los corazones pueden romperse de múltiples formas: un amor no correspondido, la muerte de la mujer de tu vida, la vuelta de tu hijo macarra a casa o que la persona de la que estás terriblemente enamorada sin que él lo sepa tenga por fin pareja, y que ella sea la persona más feliz y optimista que hayas visto en la vida.
Lo mejor: la actuación de Jim Broadbent, seguida por la de Lesley Manville.
Lo peor: a veces resulta demasiado inglesa, demasiado correcta y por momentos, aburrida.