Lo que comienza siendo una relación entrañable entre una adolescente (Carey Mulligan), centrada en sus estudios, y un treintañero culto que le cae bien a todo el mundo (Peter Sarsgaard) se convierte en un drama cuando varios aspectos de la vida del personaje masculino salen a la luz.
La primera mitad de la película de Lone Scherfig nos muestra un comienzo y un desarrollo interesante, con unas interpretaciones acordes a lo que deberíamos esperarnos (incluso de Alfred Molina, un actor que nunca me ha gustado). Pero la imagen de niña que quiere hacerse la interesante para los amigos de su novio va cayendo poco a poco en la niña que se da cuenta de en qué lío se ha metido estando acompañada de la gente de la que previamente su profesora o su familia le ha advertido. Hay poco más que destacar que la interpretación de Carey Mulligan, porque ni el guion ni el resto de interpretaciones están a la altura.
Lo mejor: Carey Mulligan.
Lo peor: el guion, que pretende hacerse complicado, cuando en realidad hace de An Education una película del montón.