No me duele reconocerlo, me lo paso bien con estas nuevas películas de Spider-Man. No me duele reconocer que creo que son bastante mejores que las de Sam Raimi al darle un toque más humorístico y humano a Peter Parker, al no tener una chica tonta como contrapartida como la Mary Jane interpretada por Kirsten Dunst ni un amigo como el Harry Osborn interpretado por el fumeta de James Franco. No, aquí Peter Parker es un tío normal (con superpoderes, obviously), enamorado de una chica que puede entrar en Oxford por su investigación en medicina molecular, con un amigo torturado por la enfermedad.
Pero lo que más me gusta de estas películas es el tono cómico y, aunque es una película sensiblemente peor que su primera parte, quizá porque Peter Parker ya controla todos sus poderes, siguen sacándonos una sonrisa las torpezas, los comentarios divertidos y que no se centren tanto en la acción y sí más en la historia. Lo que es una pena es que se desaproveche la parte de los villanos. Electro es una caricatura con una motivación estúpida (matar a Spiderman porque odia a Spiderman), el Duende Verde está muy desaprovechado al salir solo un par de minutos (cuando su historia es bastante interesante) y Rhino solamente aparece en la escena final.
Lo mejor: la comedia.
Lo peor: Electro.