La primera peli vista en 2017 me decepcionó un poco. Sing Street prometía la misma ilusión que Begin Again pero se quedó en Once, la anterior peli de John Carney, quien siempre ha sabido mantener una relación especial entre cine y música pero que parece haber alcanzado la perfecta conjunción en la película protagonizada por Mark Ruffalo que con el resto. En Sing Street seguimos los pasos de un estudiante que acaba de entrar en un nuevo colegio en el Dublín de los 80. Connor entra en un colegio lleno de abusones (tanto otros estudiantes como la autoridad) pero decide aunar sus esfuerzos en crear una banda de música con otros chicos del colegio. Así, con la ayuda de su hermano mayor, mentor y guía musical, empezará a crear vídeos para intentar ligarse a la chica de sus sueños. Toda la historia está rodeada de un ambiente de lo más hostil: el colegio, los compañeros, el novio de la chica, los padres y una crisis migratoria que recuerda tristemente aquellos barcos llenos de irlandeses que iban a buscar una vida mejor a Reino Unido o gallegos embarcados a la Argentina.
La música creada como un reflejo de la sociedad, para evadirte de estos problemas, dejándote influir de todo lo bueno que puedas escuchar… creo que ese debería ser el tema central. Y no me malinterpretéis, Sing Street está plagado de temas originales creados para el largometraje y temazos de los 80, de esos pocos que hay. Pero parece que todos los esfuerzos se dedican a conquistar a Raphina y se centra todo demasiado en la historia romántica, es decir, en el arco menos interesante de todas las subtramas que nos cuentan. Me interesan mucho más las ideas de Connor para impactar en el colegio con sus frases o sus pintas excéntricas que si le consigue dar un beso o no a Raphina. Cada vez que se aleja de ello y se centra en las fases de creación de nuevos temas la película sube en calidad y en ilusión, pese a que se vuelve repetitivo hacia el final. Un final que, para mi gusto, peca de irreal y demasiado buenrollista. Aunque siendo John Carney digamos que entra dentro de su estilo.
Lo mejor: El momento de creación del grupo, los momentos en los que crean las canciones, las escenas en el colegio.
Lo peor: Se vuelve repetitiva, se centra en la historia romántica, el final.
Me gusta la manera como la ves, aunque desde mi punto de vista el tema principal es el correcto.
Me explico. Si que en un principio pensé como la música puede evadir los problemas que le ocurren a Connor, aunque poco a poco me di cuenta de que lo que realmente era el motor de la película era la historia amorosa, cosa que personalmente me encantó.
Y referente al final entiendo que haya gente que piense que es demasiado mundo de yupi, ya que cuando se encuentran con el barco y está cayendo el diluvio padre… JAJAJA.
Pero bueno, buena crítica y espero que al menos la banda sonora te maravillase igual que a mi 🙂
Si bien sí le encuentro sentido a que todo gire en torno a Raphina porque Connor está enamorado de ella, el punto de vista no me parece el correcto aunque sí sea el motor de toda la historia. No sé si me explico… me habría encantado que Raphina, aunque fuese el origen de todo, hubiese quedado en un segundo plano, aunque el final fuese el mismo.
Lo del barco… en fin, lo peor de toda la peli de lejos.
En cuanto a la banda sonora, hay pocos temas en los 80 que valgan la pena, pero aquí suenan unos cuantos. Entre eso y las canciones nuevas… sí, me gustó la banda sonora 😉
Por cierto, gracias por pasarte, leer la crítica y comentar 🙂
Pensandolo bien te doy parte de razón en que podría haber estado interesante o quizás mejor Raphina un poco más tapada/discreta.
Y bueno, no me des las gracias, de vez en cuando (muy de vez en cuando ya que tengo muchísimo que hacer este año :() va bien desconectar y es un placer leerte 🙂