No sé si es porque me esperaba tremendo bodrio pero este último invento de Tim Burton con la adaptación de la novela juvenil El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares me ha convencido y mucho. Puede que buena parte de culpa la tenga el material original, pero el lenguaje cinematográfico es distinto al literario y, aquí, el resultado es una buena adaptación. ¿Consigue estar a la altura de sus joyitas de antaño? No lo creo, pero es un buen intento tras sus últimos fiascos. No tendremos una fotografía oscura ni humor negro, pero sí humor y aventuras de un puñado de niños y adolescentes manejados por una colosal Eva Green (soberbia en la última temporada de Penny Dreadful) y un villano tan divertido como Samuel L. Jackson.
Todos podemos identificarnos con el protagonista: un niño un poco raro, con una relación especial con su abuelo que le contaba historias de aventuras y de una escuela para niños peculiares. Unas historias que el niño se creía pero, al hacerse mayor, tanto sus compañeros de colegio como su padre le hicieron creer que todo era mentira. Pero tras la muerte de su abuelo en extrañas circunstancias, Jake consigue convencer a su padre para ir a Gales a investigar ese orfanato para descubrir un bucle temporal que le llevará al hogar de Miss Peregrine. Después comenzarán las aventuras en cuanto los personajes malvados intenten acabar con la sosegada vida de los niños que viven allí. En general, la trama es muy clásica en el género de las aventuras juveniles, con un final feliz demasiado convencional, eso sí, pero la verdad es que de las más de dos horas que dura la película en ningún momento he mirado el reloj. Eso es síntoma de que es divertida de verdad (pese a que no te ríes a carcajada limpia).
Lo mejor: Eva Green y el humor del villano.
Lo peor: El final Disney.
Menuda coincidencia, la he visto como hace dos días de tu reseña. A mí me gustó pero no me entusiasmó. El villano me parece muy desaprovechado, habría quitado a los otros comeojos inteligentes, dejándolo sólo a él y a los «ferales», para darle más importancia al personaje de Samuel L. Jackson. Amen, de hacerlo más amenazador. Lo anulan siempre de forma muy fácil.
Eso sí, como dices es gracioso y es de lo mejor de la peli. Eso y cierta escena con esqueletos… siempre me ha gustado la nigromancia. Ja, ja. Y es inusual encontrarla del lado del bien esta vez, aunque sea el poder del personaje más cabrón (que tiene lógica, por otro lado).
Yo me lo he pasado genial con Samuel L. Jackson y creo que está contenido porque lo que le importa a Burton es la frikez de los chavales.
Los huecos me parecen una mezcla entre el fauno y Jack de Pesadilla antes de Navidad, pero me mola la estética, igual que la estética de Eva Green y todos los niños (creepy pero «riquiños», una mezcla burtoniana).
Por cierto, si ya la has visto, estarás conmigo en que la mayoría de la peli estás con lo de «¿Y los gemelos qué hacen?» y luego piensas «Si los hubiesen utilizado desde el principio…»
Sí, supongo que tiene sentido que Burton prioritice la frikez de los chavales. A fin de cuentas, gran parte de su filmografía se podría resumir como gente rara que recibe ostracismo de los normales. Quizá un caso de «me pegaban de pequeño, así que voy a hacer pelis de eso pero con fantasía». No sé.
Supongo que sobre los poderes de los gemelos resulta conveniente que «los Slendermen» (perdón, Huecos) no tengan ojos, aunque ciertamente con la mujer mono, el tío frío y los demás podrían haberse ahorrado muchas molestias.
Pero algo más grave es el enfrentamiento final, aparte de que está trilladísimo lo de «no me dispares a mí, soy el real» en historias de fantasía con malos cambiaformas. Se dice antes en la peli que el malo no puede camuflar sus ojos espeluznantes y necesita usar lentillas cuando se disfraza… y no le da tiempo ni ponérselas ni tampoco tenía preparadas unas con el color de ojos del prota.