Hotel Transilvania fue una película que, aunque en ningún momento puede ponerse en el pedestal de nada, sí fue capaz de hacer pasar buenos momentos al público. Era una película no muy original pero sí repleta de humor y mensaje, igual que en esta segunda parte. Aquí la hija de Drácula y su marido tienen un hijo y, como no podía ser de otra manera, el orgulloso abuelo intenta por todos los medios demostrar que su nieto es un monstruo y no un humano. Para ello es capaz de preparar todo un plan para que su hija y su yerno se vayan del hotel donde viven para dejarlo solo con su nieto y enseñarle toda la experiencia posible de los monstruos.
El resultado es entretenido y más de lo que podemos decir de la mayoría de las películas producidas por Sony. Si a esto le añadimos que esta película está auspiciada por el doblaje de Adam Sandler, como en la primera película, parecería que tuviese todas las papeletas para ser un desastre. Sin embargo, su doblaje se asimila muy bien al personaje, igual que el resto: Steve Buscemi, David Spade, Keegan-Michael Key, Nick Offerman, Dana Carvey y, señoras y señores, Mel Brooks. Un gran homenaje a las películas de abueletes que quieren que sus nietos sean como ellos.
Lo mejor: Los sketches surrealistas.
Lo peor: La poca originalidad del guion.
