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Exodus: Gods and Kings (2014)

Exodus: Dioses y reyes

Cualquier amante de la historia del Antiguo Egipto se puede llevar las manos a la cabeza viendo Exodus: Dioses y monstruos, esta película de Ridley Scott. Entonces, ¿para qué la ves? Para hacerme daño, básicamente. Lo sabía y aun así lo he hecho, la he visto. No empezaré con la retahíla de errores históricos porque para mí, básicamente, no hubo ningún éxodo de nada y mucho menos el concepto de esclavitud durante la realización de las pirámides de Giza ni de ninguna pirámide porque era un orgullo para la población construir este tipo de edificación para su faraón, entre otras cosas. No entraré en temas cronológicos ni de coronas (ver a Ramsés con el tocado de Nejbet es insuperable) ni de construcciones imposibles ni de materiales inexistentes en la época de Ramsés). Bien, he dicho que no hablaría y aquí lo tenéis. Pero durante media hora de película he estado bien calladita intentando disfrutar de la historia, centrándome en lo que me querían contar y no en las monstruosidades que se ven si te documentas un poco.

Y lo primero que veo es la imitación de Gladiator sin Russell Crowe ni Joaquin Phoenix ni Richard Harris. Aquí es John Turturro (Seti) quien le dice a Christian Bale (Moisés) que el es el hijo que nunca tuvo y que debería gobernar él y no su hijo verdadero, Ramsés (Joel Edgerton). Tras una introducción de una hora, vemos al Moisés que queríamos ver, llegando a Egipto y solicitando la libertad de los hebreos para guiarlos a la tierra prometida y el resto ya lo sabemos de Los diez mandamientos y se nos cuenta más o menos lo mismo, pero sin tanta espectacularidad. Y es que no se necesita una hora de introducción y mucho menos hora y media más de película sin coherencia temporal, necesaria, muchas veces, para poder saber si pasan un par de días, unos meses o 30 años, como pasa en la película. Reconozco que los fallos históricos y de ambientación me afectan, pero la forma de narrar de Ridley me afecta más. Si me hubiesen contado un cuento de fantasía sobre Moisés como la de Charlton Heston, me lo habría pasado bien. Con esto, solo me parece tiempo perdido.

Lo mejor: la banda sonora.

Lo peor: el maremoto del Mar Rojo y las incoherencias narrativas.

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