Menuda decepción. Me decido a ver Dredd tras ver Juez Dredd (Judge Dredd, 1995), la película protagonizada por Sylvester Stallone y que es tan estúpida como cualquier otra película de acción de los 90. Por poco que filmasen medianamente bien, siempre sería mejor que su predecesora.
Y así comienza, con un gran impacto visual y narrativo, la historia del juez Dredd, un implacable adalid de la ley, que debe guiar a una novata en sus primeros días para llegar a formar parte de los jueces de Megacity. No puedo no mencionar la recreación del futuro distópico (sí, siempre que se habla de un futuro de ciencia ficción en el cine, va con la coletilla de «distópico»), ya que es uno de los puntos fuertes del filme.
Pero todo se viene abajo cuando empezamos a ver continuos errores de guion, como lo de mantener vivo a uno de los secuaces de la magnífica malvada Lena Headey, o la ausencia del mismo cuando durante los últimos 30 minutos solo hay disparos sin ton ni son.
Desde luego, parece que el corto presupuesto se lo ahorraron en guionistas y en recrear una historia mejor que la de encerrar a Karl Urban en un edificio y pegar tiros para matar a todo el que se ponga delante. Mención especial a la cara de Karl Urban, que no se quita el casco en toda la película (igual que su personaje en los cómics), pero que continuamente pone esta cara: 🙁 (y así toda la santa película.
Yay & nay
Lo mejor: Lena Headey. Las escenas de la droga Slo-Mo (geniales). La presentación de la historia.
Lo peor: La historia principal. La novata. La escena de las tres ametralladoras destruyendo una planta del edificio.
Puntuación
