Regression (2015)

¡Ay, Amenábar! ¡Cuánto ha pasado desde Tesis! En mi vida he visto un buen puñado de películas malas que, pese a tener poco presupuesto y a que sus creadores eran conscientes de que estaban haciendo una mala película, no eran aburridas. Regresión no es un thriller ni una película de suspense, es un despropósito disfrazado de intriga creada por el niño mimado del cine español. Ambientada en los 90 en un pueblo donde las sectas y el satanismo están de moda, la cinta nos deja en una trama que ya está empezada. Un padre parece que quiere confesar la violación de su hija porque, como todo el mundo dice que lo ha hecho, pues debe de haberlo hecho. ¿No? Así comienza la sinrazón de la investigación de Bruce Kenner, interpretado por un sobreactuadísimo Ethan Hawke, que ya daba muestras de ello en Predestination.

Para comprobar si el padre ha violado a su hija, deciden someterlo a una regresión que toman por válida y que incluso hace encerrar a más personas. Sin embargo, me surge una gran pregunta: ¿No es posible realizar un examen médico a la víctima para saber si ha sufrido algún abuso sexual? Esta es la única intriga que recorre mi mente durante todo el metraje, porque lo que es la resolución final ya la sabía en cuanto vi a Emma Watson apareciendo como la típica que nunca ha roto un plato. Y si no te das cuenta, solo tienes que esperar a su siguiente aparición en pantalla. No sé si es porque tengo un don para estas cosas o que Amenábar no deja pistas, sino pone carteles luminosos. Así, te cargas todo el suspense que podrías haber generado. La película, en general, me ha parecido bastante mala, muy inferior a la media de películas del género.

Lo mejor: Fotografía y banda sonora.

Lo peor: Previsible, monótona, incongruencias de guion (para no hacer spoilers mejor no las pongo).