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Prescription Thugs (2015)

Reconozco que Matones con receta solo me interesaba porque el director, Chris Bell, fue el encargado de mostrar algo tan turbio como los padres de niños deportistas en Trophy Kids, así que me esperaba algo parecido. Sin embargo, parece que el director optó por darle un toque muy personal al hablar de la muerte del hermano ya desde el principio del metraje, recordando un documental anterior que todavía tengo pendiente (Bigger, Stronger, Faster*). En Matones con receta se va un paso más allá, profundizando en un problema que vive la sociedad estadounidense en estos momentos: la tremenda facilidad para conseguir medicamentos sin control de ningún tipo.

Chris Bell presenta EE. UU. como un país donde los médicos son cómplices del problema de la adicción a los medicamentos, una adicción mucho mayor en porcentaje de población que a las denominadas drogas ilegales, recetando medicamentos sin investigar qué enfermedad tiene el paciente, para seguir recetando y que el paciente vuelva a por más. El problema se agrava cuando, con la misma receta, puedes ir a diferentes farmacias para conseguir tu medicina legal. Con un estilo muy cercano al de Michael Moore, comienza investigando el problema de los medicamentos en el entorno de la Liga WWE de lucha libre, a la que pertenecía su hermano, un luchador de perfil bajo. Sin embargo, no creo que las entrevistas a un especialista en homeopatía y en una excomercial de productos farmacéuticos le den credibilidad. Tampoco realiza una transición natural entre el problema de los luchadores y el problema del populacho adicto a las drogas legales relatando su experiencia personal, sino que más bien se dedica a criticar a la industria farmacéutica asumiendo como verdades las opiniones de gente a las que dichos medicamentos destrozaron la vida.

Lo mejor: Poder conocer la facilidad con la que se pueden recetar medicamentos y, sobre todo, conseguirlos presentando la misma receta en todas las farmacias que quieras.

Lo peor: Es demasiado subjetivo, no hay opiniones divergentes ni de personas a las que los medicamentos les hayan ayudado a superar una depresión (por ejemplo), se dispersa en ciertos momentos y en otros se centra en demonizar a los que el director cree que mataron a su hermano.

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