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Les Misérables (2012)

Los miserables

No puedo con los musicales. Salvo algunas excepciones, los musicales actuales son una amalgama de actores que se desgañitan exacerbando los sentimientos hasta límites imposibles. Buena prueba de ello es la actuación de Anne Hathaway. Una secundaria muy secundaria que se llevó el Oscar en 2013 por esta actuación. Los miserables es la adaptación del musical basado en la novela de Victor Hugo, llevada al cine por el director de El discurso del rey, Tom Hooper. Pues bien, parece que Hooper se olvida de qué significa el término «adaptación» y convierte su película en una filmación del musical de Broadway cuyos decorados están creados gracias a los efectos especiales.

En cuanto a las actuaciones de los actores, los principales sobreactúan como deben hacerlo en el teatro, pero en lugar de verlos de lejos el espectador los ve desde primerísimos planos donde poder ver el momento en el que se le llenan los ojos de lágrimas a los actores mientras cantan y mantienen en tono. Aunque Russell Crowe desentone alguna que otra vez (sobre todo comparándolo con su némesis, Hugh Jackman). Cuando llegamos a la historia de Cosette volvemos a tener interés gracias a las grandes performances de Sacha Baron Cohen y Helena Bonham Carter que, a mi pesar, hacen una más que correcta actuación, así como hicieron en Sweeney Todd: El barbero diabólico de la calle Fleet. Finalmente, nos queda la sensación de haber oído un montón de canciones pasando de largo por temas tan importantes como la religión, la política o la muerte de Gavroche y deja sin sentido los actos de perdón de Valjean hacia Javert.

Lo mejor: el número final de la exhaltación de los miserables.

Lo peor: deja de lado el argumento principal de la novela de Victor Hugo.

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