No sabía nada de la existencia de la todavía inédita en España Good Kill, así que fui un poco a ciegas sabiendo solo que Andrew Niccol dirigía y escribía, porque aunque sus dos últimas pelis fueron un par de decepciones (La huésped, In Time), también los regaló dos pequeñas obras de arte como Gattaca y El señor de la guerra. Es una pena toda la historia melodramática/romántica que ocupa una buena parte del metraje. Creo que si se hubiese centrado más en las sensaciones del protagonista, su equipo y sus superiores hubiese mejorado. Pero sí se presenta muy bien la situación que tenemos delante: una serie de equipos que pilotan drones, cada uno en una especie de minicontenedores, realizan misiones a 11 000 kilómetros de distancia de donde están sentados. Tener a varias personas pilotando estos aviones sin pilotos desde una base en Las Vegas parece de lo más paradójico, pero no podría tener más sentido, y Niccol lo explica sin tapujos: EE. UU. se ha cansado de perder el apoyo de la opinión pública por la llegada masiva de ataúdes desde Afganistán, Iraq o Somalia, así que ahora se prefiere invertir en estos drones para atacar objetivos que te van poniendo en una lista.
Las atrocidades que vemos, crímenes de guerra perpetrados por el faro de la libertad, el líder de la democracia y el país que defiende la justicia por todo el mundo, no sorprenden pero sí tocan la fibra sensible. Ver cómo se decide sobrevolar espacio aéreo de otros países y atacar objetivos con el nuevo lenguaje de objetivos, ataques a personalidades, ataques de firmas, donde es mejor matar que detener porque es más barato, donde las bajas civiles no importan porque no son estadounidenses, donde hacer «un seguimiento» significa tirar otra bomba hacia los que van a auxiliar a los heridos o recoger cadáveres… Decidme si con todo esto no se podría haber hecho una peli redonda. No, aquí se utiliza como excusa para contarnos lo mal que lo pasa el protagonista porque, cuando vuelve a casa después de trabajar, no le hace caso a su mujer porque no para de pensar en todo lo que ha hecho ese día. Y todo porque lo pasa mal y no le gusta sesgar vidas inocentes con un dron, incluso en cierto momento explica que cuando lo hacía con un F-16 era mejor, por lo menos había peligro. Tendré que ver
Lo mejor: Las escenas de vigilancia y ataque, presenta opiniones diferentes en cuanto a los ataques de drones y a las órdenes que se emiten desde «la Administración».
Lo peor: El melodrama familiar típico y tópico.
